Un barco con 176 inmigrantes subsaharianos a bordo fue abandonado por la tripulación en la madrugada de ayer frente a la costa de la isla de Gran Canaria. Los tripulantes desembarcaron en una playa de la isla y uno de ellos fue detenido. El barco, que había sido fondeado a sólo media milla náutica (casi un kilómetro) de la costa, fue remolcado por las autoridades españolas a Las Palmas después de comprobar que los inmigrantes, procedentes de Guinea Bissau, Senegal y Ghana, viajaban hacinados y llevaban tres días sin comer.

La alarma saltó a medianoche cuando un pesquero canario se topó con el barco, un mercante reconvertido en barco de pasajeros, del que no se tenía constancia. El buque, el Polar, estaba muy cerca de la costa y con las dos anclas echadas. La Guardia Civil, Salvamento Marítimo, la Armada y el Cuerpo Nacional de Policía montaron una operación conjunta ante la previsión de que se tratara de un barco patera. Un helicóptero comprobó que había muchas personas subsaharianas en la cubierta del Polar por lo que se decidió abordarlo y remolcarlo a Las Palmas.

En el interior del barco, de 45 metros de eslora, viajaban 176 inmigrantes. El Polar partió de Cabo Verde hace tres semanas, según la documentación, sin embargo, los investigadores creen que hizo al menos una escala no registrada en Gambia, donde habría recogido a inmigrantes con intención de llevarlos a Canarias. También es posible que realizara otras escalas en más puertos africanos para recoger pasaje, como hacen los barcos que se dedican a transportar ilegalmente a inmigrantes, lo que justificaría la navegación.