En la sátira política Muerte accidental de un anarquista , de Darío Fo, Pedro Rodríguez interpreta el personaje de El Loco, algo que en absoluto es el actor, que desmitifica su profesión y prefiere tomársela como un juego, con grandes dosis de trabajo. El es uno de los veteranos intérpretes de la región, vinculado hace más de dos décadas a la compañía Suripanta.

--¿Un actor necesita un premio?

--Mal no viene. Es agradable. Lo necesita uno en la medida en que necesita el aplauso del público. Así que es como un aplauso más.

--Su personaje hace de loco (o se lo hace), algo que se dice (esos gramos de locura) que llevan los actores.

--Yo soy más partidario de tomármelo como un juego. Al final de la función, uno olvida el personaje. Aunque hay actores que dicen que se lo llevan a casa. A veces se tiende a mitificar al actor como alguien que está al límite, absorbido por sus personajes. Para mí es saber hacer tu trabajo, interpretar tu partitura, seguir los ensayos...

--¿Dónde están esas comisarías de hoy donde se suicidan los detenidos, como ocurre en Muerte accidental de un anarquista?

--Si tenemos memoria podremos recordar el caso Lasa y Zabala, la trama de los Gal o la muerte de un hombre en una casa cuartel de la Guardia Civil (tres guardias civiles fueron condenados por lesiones). Y está Guantánamo. Así que esas comisarías existen y existirán, aunque ahora se hable más del terrorismo de ETA o del islamista.

--Usted ha sido uno de los más críticos con la política teatral en Extremadura. ¿Sufrió la censura por ello?

--La censura desapareció, pero hay otra más sibilina. Como, por ejemplo, hacer un buen espectáculo y que se te ignore, que los programadores te pongan pegas o no participes en eventos oficiales. En un montaje anterior nuestro, Pareja abierta , también de Darío Fo, había una referencia mínima a la refinería que proyectan en Extremadura, y por eso no nos contrataron en algún sitio. Claro, esto no lo puedes demostrar abiertamente; pero el poder es listo y acaba apareciendo.

--¿Y ahora cómo se están haciendo las cosas?

--Pues ahora hay otro talante y uno puede seguir criticando, pero, a diferencia de antes, las críticas no son vistas como algo personal. En eso se ha avanzado.

--¿Y por qué cuando los actores critican al poder los tachan de izquierdosos.

--Porque se critica más gobierna la derecha que cuando lo hace la izquierda.

--¿Protestó contra la guerra de Irak?

--Sí. Y también contra los ataques de Israel a los palestinos de Gaza, pero no había la misma gente que contra Irak. Tampoco hubo las mismas voces contra Bosnia o Afganistán. Como el partido que está en el poder....

--Trabaja en la compañía veterana de la región. ¿Qué hace para que no les pisen los talones?

--Empezar siempre desde cero. Hacer el trabajo con la misma intensidad. Aquí, la veteranía no es un grado. Te va la vida en cada espectáculo, así que lo que has hecho antes no vale de mucho.

--¿A qué actores admira?

--Aunque suene a tópico, a Bardem; pero también a otros veteranos como Emilio Gutiérrez Caba o Lluís Homar, que parece que lo han descubierto ahora y lleva años actuando.

--Y tras El Loco, ¿cuál es su próximo personaje?

--Aún seguiremos con Muerte accidental de un anarquista , pero ya pensamos en el próximo espectáculo, que dirigirá por Esteve Ferrer. Es una comedia de un autor actual, pero estamos negociando los derechos de autor, y aún no se puede decir nada.