"Se ve que le pega varias patadas y cómo se le caen las gafas", explicaba ayer un alumno del instituto Haygón a los periodistas congregados ante las puertas del instituto. El menor pretendía venderles el vídeo grabado por la compañera. "Dame 100 euros y te lo paso", propuso a uno de los redactores. Otros fueron menos ambiciosos y, ante la renuencia de los informadores, bajaron la oferta hasta los 20 euros.

Los alumnos llegaron a mostrar la secuencia que pretendían vender, cuyo origen es, necesariamente, el teléfono móvil de la chica que grabó la agresión. Nadie explicó por qué se le consintió que el viernes abandonara el instituto con la grabación en su poder.

El centro acordó ayer la expulsión de la joven durante dos semanas, una decisión criticada por la madre de la alumna, según explicó el director. Jorge Mateo aseguró que "los padres tienen derecho a defender a sus hijos, pero hasta cierto punto". La madre, añadió, "no entiende dónde está ese punto". El intento de venta se produjo en el exterior del centro.