Conocí a Imperio Argentina hace una treintena de años, en la agonía del franquismo. La entreviste para una serie de Radio Nacional titulada ´Vidas y canciones´. De ella me hablaron mis padres y los chicos del barrio tan pronto tuve uso de razón. Cuando acabó la guerra civil sus coplas y sus cuplés me familiarizaron con la artista. Descubrí a una mujer afable, nada endiosada por su fama, con un discurso inteligente, de cálida y clara dicción con la que fue desgranando numerosos pasajes de su vida y de su carrera con delicada corrección y dulzura.

Las coplas iniciáticas de mi generación las cantó Imperio Argentina antes y después de la guerra civil. "Interpreté canciones que se hicieron muy populares en España y América: Falsa monea , El día que nací yo , Morena Clara y La violetera . El mérito fue de los compositores".

Recordó su amistad con el exiliado Miguel de Molina, con Rafael Medina, sus películas con Carlos Gardel, Maurice Chevalier y Rossano Brazzi ("un hombre bellísimo"); sus tres matrimonios con el director Florián Rey, Joaquín Goyanes y Ramón Baíllo, conde de las Cabezuelas, reconociendo que su "gran amor fue el actor Rafael Rivelles", por el que se separó de Florián Rey.

Avanzada la tarde negó el supuesto romance con Adolf Hitler ("Si Hitler me hubiera gustado, me habría acostado con él") y con Marlene Dietrich ("una difamación"), pero le importó confesar que fue "novia de José Antonio Primo de Rivera".