El chantaje se define como la forma de manipular al otro para conseguir lo que queremos, a través de amenazas o coacciones, incluso privándole de algo que quiere o necesita. Se torna emocional cuando lo que se utiliza como objeto es el dolor que el otro, al no sucumbir a lo que queremos, dice sentir. Esto no es algo extraño y aparece frecuentemente en nuestra vida, de forma más o menos inocente. Todos lo usamos, de forma directa o indirecta. El problema viene dado cuando se usa con frecuencia, con personas cercanas, como puede ser nuestra pareja, y sacrificando el bienestar de la otra persona.

Usamos armas contra otras personas para protegernos, cumplir deseos o satisfacer nuestras necesidades. No siempre somos generosos ni tampoco egoístas. Sin embargo, pequeños actos negativos pueden tornarse hábitos, como el chantaje emocional. Ayuda a quien lo usa a no sentirse mal, haciendo daño al otro y, también, se lo hace a sí mismo. Cuando es usado contra nosotros, debemos detectarlo y neutralizarlo, sabiendo que es difícil escapar de él y que la otra persona nos puede estar causando mucho daño.

ANÁLISIS

Cuando una persona está sufriendo chantaje emocional, lo primero que se pregunta es si no estará siendo demasiado exagerado y si no estará malinterpretando la situación. Esta duda es la que usa el otro para seguir teniendo poder sobre nosotros. Nos vemos como verdugos y es el otro el que sufre, nos necesita y al que hacemos daño. Nuestra pareja puede estar manipulándonos y es la duda la que se lo permite.

A través de los siguientes puntos podremos detectar si estamos sufriendo chantaje emocional por parte de nuestra pareja:

Exigencia

Lo que debemos hacer por el otro no es una petición o una sugerencia, sino que siempre aparece como una exigencia de la que no podemos escapar.

No hay acuerdos

El chantajista tiene claro en ese instante lo que quiere y cómo lo quiere. No se puede negociar ni llegar a un punto medio.

Presión

Hagas lo que hagas, sientes la presión de que no hay más remedio que hacerlo.

Amenaza

Para que hagas lo que se te pide, se recurrirá a la amenaza, del daño hacia ti o hacia sí mismo.

Premio o castigo

Cuando logra lo que quiere, recibirás un premio, muchas veces es simplemente su felicidad caprichosa. En otras ocasiones, habrá un castigo o dejarás de tener algo que quieres.

Formas de pararlo

En las relaciones de pareja surgen diferentes dinámicas que ayudan o perjudican en el día a día. Una de las conductas más peligrosas que existen es la del chantaje emocional, donde ninguno de los dos va a obtener el bienestar que quiere. Llega un punto donde la inestabilidad del otro nos influye y debemos saber cómo pararlo, teniendo en cuenta que nunca podremos hacer nada para que el otro esté contento ni tenemos motivo para ello.

Con los siguientes puntos podrás parar el chantaje emocional que aparece en la pareja:

Miedo

El miedo es el arma más poderosa que tiene el que chantajea. Sin embargo, si nosotros no lo mostramos, si decimos ser capaz de enfrentarnos a las consecuencias, el chantaje perderá su efecto.

Culpa

El chantaje emocional también trabaja a través de la culpa y es con ella con la que debemos trabajar. Somos responsables de nuestra vida, no de la vida de los demás. La culpa viene de confundir las responsabilidades. No eres una mala persona por no hacer lo que el otro quiere. Sé claro con ello.

Regalos

Como el otro usará promesas, premios y castigos para manipularte, debemos dejar de aceptarlos. Es a través de ellos donde nos usa para tener o hacer lo que quiere. Rechazarlo evitará futuros chantajes.

Las dinámicas en la pareja no siempre se basan en la salud emocional de los dos. A menudo, un miembro de la pareja usa herramientas aprendidas en ese momento o con anterioridad para lograr lo que se proponga, haciéndonos daño y utilizándonos como medios. El chantaje emocional es un arma recurrente y dolorosa que debemos detectar y neutralizar.

* Ángel Rull, psicólogo.