El Ayuntamiento de Barcelona no revisará la ordenanza del civismo, ya que cree que hace hasta donde puede para afrontar la prostitución en la calle, y pidió colaboración institucional para afrontar una situación por la que se han tramitado 11.533 denuncias desde que entró en vigor la norma a principios de 2006. Lo dijo ayer la concejal de Seguridad, Assumpta Escarp, desoyendo las críticas de vecinos, agentes sociales y de la oposición por la ordenanza y la gestión municipal después de las últimas informaciones acompañadas de fotografías en las que se muestran escenas prostitutas ejerciendo sin esconderse en el céntrico Mercado de La Boqueria. Escarp defendió que para solventarla esta situación se necesita un mayor control de los proxenetas, mejorar la expulsión de las prostitutas irregulares y regular el ejercicio de la prostitución.