Un árbol puede decir más que mil palabras. Y de hecho lo dice. El seguimiento y estudio del ciclo reproductor de los diferentes árboles de un bosque son un "punto caliente" que permite obtener información valiosa sobre el funcionamiento del mismo. Y en busca de estos resultados está el Grupo de Investigación Forestal de la Universidad de Extremadura (Uex), a través de una de sus múltiples líneas de trabajo abiertas desde el 2002.

Este equipo, coordinado por el doctor en Biología Guillermo González Bornay, emplea el estudio de las especies forestales para conocer los efectos de las amenazas del pasado y el actual cambio climático en el bosque extremeño. Pero hay un inconveniente que impide obtener resultados con asiduidad: "Se trata de organismos con ciclos de vida largos, y por tanto, los trabajos rigurosos requieren seguimientos a largo plazo", explica González Bornay. Un rastreo amplio pero constante, que este grupo realiza en varias especies dentro y fuera de la región, donde posiblemente es la primera vez que se inicia un seguimiento de este calado.

Qué daño está haciendo el calentamiento a los bosques es, por tanto, difícil determinar, pero estudiar el comportamiento en estas circunstancias es la única vía para conocer las secuelas de estas variaciones. "Existen modelos de calentamiento a corto plazo, pero también de enfriamiento del continente europeo como respuesta a este primer calentamiento. En cada escenario los efectos serán distintos según los estudios de los cambios de las condiciones en el pasado. De hecho, una de las riquezas mayores de Extremadura es la mezcla actual de especies que han llegado en tiempos de diferentes condiciones desde hace millones de años", señala el coordinador. Además de las numerosas variaciones del clima, la actividad humana está generando un tipo de cambio "posiblemente sin precedentes por la magnitud y la velocidad".

En Extremadura, representada por sus dehesas, existen especies de un clima más frío que han quedado refugiadas en pequeñas poblaciones de zonas de montaña; además hay especies de carácter más tropical, también aisladas en valles con condiciones que han permitido su mantenimiento. El caso de estas especies en minoría, explica González, "ya presenta un problema inicial por falta de diversidad genética, pero además los prolongados periodos de sequía y otras circunstancias pueden afectar de forma peligrosa a especies como el tejo, el loro o el mostajo", que necesitan tareas de conservación. Sin duda, conocer los efectos de las variables condiciones es la clave.

Este grupo, formado en el seno de Ingeniería Forestal del centro de la Uex de Plasencia, pretende abarcar un estudio completo de las masas forestales, integrando el suelo, los pastos, las especies forestales, la integración de estas, los incendios,... a través de muchas líneas de investigación abiertas con el único propósito de "mejorar la gestión forestal" y "aportar algo positivo a la sociedad".