En 1979, la comunidad científica se reunió en Ginebra en la que fue la primera Conferencia Mundial sobre el Clima para alertar sobre el cambio climático. Cuarenta años más tarde, más de 11.000 científicos de todo el mundo han suscrito un manifiesto en el que declaran la emergencia medioambiental y plantean seis medidas urgentes para hacerle frente. La declaración, publicada ayer en la revista Bioscience, va acompañada de un análisis científico que recopila datos de más de 40 años con los que se puede corroborar el deterioro de todos los «signos vitales» del planeta.

«Hemos pasado los últimos 40 años en negociaciones globales sobre este problema y, a pesar de ello, se ha seguido actuando como de costumbre, no se ha hecho nada para abordar esta crisis», clama William Ripple, ecólogo de la Universidad Estatal de Oregón y uno de los impulsores del manifiesto. «La temperatura global está aumentando, los océanos se están calentando y el nivel del mar sube, se incrementan los fenómenos meteorológicos extremos… El cambio climático ha llegado y se está acelerando más rápidamente de lo que muchos esperaban», añade. «Los científicos tienen la obligación moral de advertir a la humanidad de cualquier gran amenaza. Y, por lo que indican los datos, está claro que estamos ante una emergencia medioambiental», argumenta Thomas Newsome, investigador de la Universidad de Sídney y también firmante del texto. Ante esto, el documento defiende que «mitigar y adaptarse al cambio climático significa transformar la manera en que gobernamos, comemos, obtenemos recursos y energía». El manifiesto, más allá de constatar la gravedad del problema, plantea seis medidas urgentes para abordar el desastre.

1. TRANSICIÓN ENERGÉTICA

Los expertos proponen reemplazar los combustibles fósiles por energías renovables limpias; frenar la extracción de recursos de las reservas de carbón, petróleo y gas natural; eliminar los subsidios a las compañías de combustibles fósiles, e imponer tarifas altas para restringir el uso de fuentes de energía no renovables.

2. GASES CONTAMINANTES

Los científicos instan a reducir de manera inmediata las emisiones de gases como el dióxido de carbono, el metano y los hidrofluorocarbonos, los principales compuestos responsables del efecto invernadero. Esta medida podría reducir a la mitad las estimaciones de calentamiento global para las próximas décadas.

3. RECURSOS NATURALES

Asimismo, reclaman un mayor compromiso con los recursos naturales. Destaca la restauración y protección de bosques, praderas y humedales. La conservación de estos espacios contribuiría a la retención de dióxido de carbono atmosférico, un compuesto clave en el efecto invernadero.

4. CAMBIOS EN LA DIETA

La comunidad científica se posiciona además sobre la necesidad de cambiar los hábitos alimentarios para hacer frente a la crisis climática. Hace unos meses, el Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU ya propuso reducir el consumo de carne para mitigar la huella ecológica. Ahora, los expertos vuelven a reclamar una dieta basada principalmente en vegetales y con un menor consumo de productos animales. Este cambio podría reducir significativamente las emisiones de metano y otros gases de efecto invernadero. Los científicos piden frenar el desperdicio de alimentos.

5. REFORMA ECONÓMICA

El manifiesto sugiere cambios en la esfera económica. Destaca reformar la economía basada en los combustibles de carbono y reducir la extracción de materiales y la explotación de los ecosistemas para mantener la sostenibilidad de la biosfera a largo plazo, así como alejar los objetivos de crecimiento del producto interno bruto (PIB).

6. CONTROL DE POBLACIÓN

El último paquete de medidas propuesto insta a hacer frente al problema de la superpoblación. Los expertos abogan por estabilizar la población humana mundial, que según las estadísticas aumenta en más de 200.000 personas por día, utilizando enfoques que garanticen la justicia social y económica.