La campaña internacional, nacida en Italia, que persigue la abolición de las leyes que regulan la interrupción del embarazo cuenta con un nuevo aliado: la Conferencia Episcopal Española (CEE). Los obispos acaban de publicar una nota en la que se suman explícitamente a la iniciativa de reclamar a la ONU que declare una moratoria sobre el aborto, al que equiparan con la pena de muerte, amparándose en que "hace poco, la sociedad española se ha sentido conmovida por ciertas prácticas abortivas y la crueldad de los medios usados para ocultarlas", en referencia al caso del ginecólogo Carlos Morin.

Los obispos proponen, como alternativa al aborto, regulado desde 1985, que se potencie la adopción.