TAtl presidente le gustan los cursillos. Sobre todo los cursillos para parados, dice que con ellos, los desempleados cursillistas ya no están parados. También está decidido a hacer una "remodelación en profundidad" del Ministerio de Trabajo, ahora que manda al hasta ahora titular a unas merecidas --lo de merecidas lo pongo porque adorna mucho-- vacaciones en la Costa Brava. Es comprensible, pues hace tiempo que el trabajo ha desaparecido, así que para qué ocuparse de él. Por eso ya ha anunciado que piensa hacer un nuevo ministerio que se acerque más a los parados. O sea, rellenando el hueco dejado por el trabajo, acaba de inventar el Ministerio del Paro, al que, de seguir así las cosas auguramos un éxito fantástico. Imaginen, un ministerio que año tras año logre sus objetivos: tener cada vez más parados. Para conseguirlo, emplearán a los mejores profesionales del sector, es decir, a parados ilustres que se dediquen a dar cursillos y a editar manuales del perfecto parado. Puestos a remodelar, sugiero cargarse simultáneamente el Ministerio de Sanidad aprovechando no solo la oportunidad sino dos cosas más: que solo se usa para repartir vacunas de gripe inexistente a los mayores y la mala racha de su ministra titular. Ahorraríamos un montón, mandaríamos al paro a todos los que allí trabajan, mejorando la cifra de desempleados y los logros ministeriales y a la señorita Trini podíamos darle un programa de radio de esos que ayudan a quienes pasan por trances dolorosos en la vida, como perder. Yo que él me apuntaba a un cursillo para presidentes en activo, a ver si se le pega algo. Solo una advertencia: no lo busque en Venezuela, que todavía no tenemos ministerio paramilitar.