La cantante Diana Ross fue condenada el lunes a dos días de cárcel por conducir bajo los efectos del alcohol. Además, la sentencia obliga a la artista a participar en un programa de Alcohólicos Anónimos y a pagar una multa de 670 euros. Ross se negó a declararse culpable o inocente, y escuchó el juicio por teléfono desde Nueva York.