La escritora Dulce Chacón recibió hoy en la Feria del Libro el Premio Libro del Año 2002 otorgado por el Gremio de Libreros por su novela La voz dormida y dijo que dedicaba el premio a Pepita, al lado de la autora, y a las mujeres que "me han contado la historia de las voces tan calladas tanto tiempo".

La autora agradeció la distinción al Gremio de Libreros de Madrid y dijo que era un honor recibir un premio concedido por "quienes más aman a los libros, por quienes viven en literatura, es el premio de la palabra y del lenguaje".

Dulce Chacón dijo que la novela es un homenaje a estas mujeres calladas durante tanto tiempo "yo les he dado voz y un cauce para que pudieran hablar", algunas era la primera vez que lo hacían y todavía sentían miedo y querían que cerrase las ventanas y hablara bajito para que no nos oyera nadie.

RECUERDOS

"Yo quería conocer su historia y la escribí, me regalaron sus recuerdos y nunca me preguntaron qué iba a hacer con ellos", añadió la escritora que contó la historia de Pepita, presente en el acto en representación de Reme, Tomasa, Elvira o Manolita, algunos de los nombres de las mujeres cuyo dolor y testimonio ha rescatado Chacón.

La escritora relató la historia de Pepita a la que conoció en Córdoba en julio del año pasado, que la acogió en su casa durante una semana en la que compartió charlas "hablamos por la mañana, por la tarde, por la noche, me contó su amor por Jaime, del Partido Comunista, que pasó 17 años en la cárcel de Burgos, donde ella lo visitaba y se casaron el día que abandonó la prisión".

Cuando Jaime murió, Pepita se afilió al Partido Comunista por amor y le dice a Jaime que vota por él en las elecciones, y antes se había hecho enlace con la guerrilla, y pasaba los mensajes de Burgos a Córdoba escondidos en la lechera.

Dulce Chacón (Zafra, 1954), hija del también poeta y alcalde de Zafra Antonio Chacón, y del que utilizó para el Premio Azorín su seudónimo Hache fue galardonada en 1995 con el Premio Ciudad de Irún con la obra Contra el desprestigio de la altura .

La extremeña es también autora, entre otras, de Querrán ponerle nombre , Las palabras de piedra y Contra el desprestigio de la altura , y en su producción narrativa destaca la trilogía Blanca vuela mañana , Algún amor que no mate y Háblame musa de aquel varón .