Un conflicto similar al desatado por la exigencia de una escuela pública de Girona, que impidió que una niña de 9 años acudiera a clase con el hiyab hasta que la consejería de Educación obligó a la dirección del centro a escolarizarla, se ha reproducido en Ceuta. La Dirección Territorial del Ministerio de Educación y Ciencia en la ciudad española del norte de Africa ha ordenado a la inspección escolar que se garantice la escolarización de las dos adolescentes musulmanas a las que el lunes no se les permitió la entrada en el colegio concertado Severo Ochoa por cubrirse la cabeza con el pañuelo. Para los responsables ministeriales en esta ciudad, la escolarización es un "derecho constitucional" que debe prevalecer por encima de cualquier otra consideración.

El conflicto se gestó a comienzos del curso, cuando el consejo escolar del colegio, cuya mayoría está en manos del profesorado, explicó a los padres que había tomado la decisión de que todos los alumnos llevaran uniforme. En este momento se fijó de plazo hasta el primero de octubre para adaptarse a la norma.

El lunes --primer día de aplicación estricta de las nuevas normas, que también impiden el uso de piercings, gorras, pañuelos, viseras y pendientes grandes--, el padre de una de las dos jóvenes observó que no dejaban entrar a su hija, por lo que se puso en contacto con el presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de Ceuta (UCIDE), Laarbi Maatais, para que mediara.

Maatais envió un escrito urgente a la Delegación del Gobierno y a la Dirección Territorial del MEC, quienes, según destaca, se mostraron favorables a solucionar el problemas en pocas horas. El presidente de UCIDE mantiene otra versión y dice que las niñas estaban sin escolarizar desde que se inició el curso.

El colegio "ha aceptado la recomendación" de Educación, según su directora, aunque contravenga las normas internas, a la espera de adoptar una resolución definitiva.