Primero fueron Phoenix y Baltimore. Ahora les han seguido Los Angeles, el JFK de Nueva York, Albuquerque y Denver. Mañana se suma Washington. Y a finales de mes lo harán Dallas, Detroit, Las Vegas y Miami. En esos aeropuertos funcionan o van a funcionar los escáneres que ofrecen una imagen tridimensional del cuerpo desnudo de los pasajeros, un logro que los responsables de seguridad de EEUU consideran "el futuro" pero que ha avivado las polémicas sobre privacidad que plantean asociaciones de viajeros y grupos de derechos civiles.

La Agencia de Seguridad del Transporte (TSA) anunció el martes su plan de ampliación de la implantación de estos escáneres, que funcionan con ondas electromagnéticas que se proyectan a alta velocidad sobre el cuerpo del pasajero y cuyo reflejo se utiliza para construir la imagen en un ordenador. En EEUU, los agentes que estudian esas pantallas están en un lugar no visibles para los pasajeros.

Si la imagen es sospechosa, los agentes avisan por radio a sus compañeros en contacto con los viajeros. Una vez que se resuelven las anomalías, la imagen se borra, sin dar la opción de imprimirla, exportarla, almacenarla o transmitirla. El proceso, según la TSA no es obligatorio. La agencia asegura que las ondas representan menos riesgo para la salud que un móvil e insiste en que la privacidad está asegurada, pues la cara aparece difuminada.