La empresa australiana Petratherm ha iniciado los estudios de viabilidad para instalar en España una o varias centrales eléctricas que aprovechen el calor natural del subsuelo para obtener agua caliente y mover unas turbinas de vapor, lo que se conoce técnicamente como IGE (intercambiador geotérmico estimulante). Petratherm estudia emplazamientos propicios en las Canarias --donde ya ha obtenido tres permisos para realizar catas--, Cataluña y Madrid, aunque los proyectos, en caso de cristalizar, no podrían ponerse en marcha "hasta dentro de cuatro o cinco años", precisa con cautela el director de la empresa en España, Raúl Hidalgo.

Las centrales geotérmicas proyectadas por Petratherm no son del mismo tipo que las existentes en Islandia o Filipinas, donde desde hace décadas se aprovechan con éxito las posibilidades del subsuelo para generar electricidad. En estos casos, debido a la presencia de acuíferos superficiales y una actividad volcánica se trata de aprovechar la riqueza natural. Lo que quiere hacer Petratherm es más complejo. De hecho, en todo el mundo solo existen un puñado de plantas experimentales, precisa Hidalgo: "No ha habido tecnología viable hasta hace muy pocos años".

Simplificando mucho, el sistema funciona así: primero, se perfora un agujero en el terreno a una profundidad de entre dos y cuatro kilómetros hasta localizar una capa cálida, con más de 150 grados centígrados; luego se coloca una tubería y se inyecta agua fría para que entre en contacto con las rocas profundas; después, cuando ha alcanzado una temperatura suficiente como para generar vapor, el agua se retira hasta la superficie; finalmente, el vapor mueve unas turbinas y genera electricidad. La temperatura residual puede emplearse también para alimentar calefacciones o sistemas industriales necesitados de agua caliente.

Según el director de Petratherm-

España, varias empresas de la Asociación de Productores de Energías Renovables (Appa) se han mostrado interesadas en el proyecto.