La localidad guipuzcoana de Mutriku cuenta desde este mes con la primera planta comercial de Europa que genera electricidad undimotriz, es decir, obtenida gracias a la fuerza de las olas. El sistema, construido en un dique de protección y apenas perceptible desde lejos, es ciertamente original porque aprovecha la presión repetida que ejercen las olas sobre 16 cámaras de aire que mueven otras tantas turbinas. El Gobierno vasco, el promotor de la obra, estima que la planta guipuzcoana producirá anualmente 600.000 kilovatios hora, el equivalente al consumo de unas 600 personas.

La planta no es la primera de Europa que se nutre de la fuerza de las olas -sin ir más lejos, en la cercana Santoña (Cantabria) funciona otra central undimotriz, aunque con una tecnología diferente-, pero el Gobierno vasco destaca que la instalación de Mutriku es la primera que se conecta a la red de distribución con el objetivo de suministrar electricidad. "No es un solo un prototipo con fines de investigación", subraya. En las islas Azores y en Escocia funcionan senda plantas experimentales con el mismo sistema de Mutriku.

La planta es un proyecto conjunto de dos consejerías. Aprovechando que el Departamento de Obras Públicas iba a construir un dique de abrigo para la protección del puerto de Mutriku, el Departamento de Industria planteó la posibilidad de incluir la planta en su interior. Al final se optó por un sistema llamado Owc (columna de agua oscilante, en sus siglas en inglés), que ha desarrollado la compañía escocesa Wavegen. "Es una de las tecnologías de aprovechamiento energético de las olas más maduras que existen en el mercado", subraya el Ente Vasco de la Energía en una nota informativa. Las turbinas han sido fabricadas en la localidad de Tolosa por la empresa Voith Hydro.

MENOS EMISIONES DE CO2 El funcionamiento aprovecha la presión que ejerce el oleaje sobre 16 cámaras de aire situadas dentro del dique. Al llegar, la ola presiona sobre el aire para que este ascienda y pase por 16 turbinas, una para cada cámara, lo que hace que giren (3.000 revoluciones por minuto), activen unos generadores y se produzca electricidad. Al mismo tiempo, cuando la ola se retira, el aire es succionado y también pasa por las 16 turbinas, con el consiguiente movimiento giratorio y la generación de electricidad. El agua de mar nunca entra en contacto con los elementos eléctricos de la instalación. Las 16 cámaras tienen una potencia instalada de 296 kW.

El funcionamiento dependerá lógicamente del oleaje. Si el mar está en calma, las turbinas dejan de funcionar, pero se vuelven a poner en marcha de inmediato en cuanto vuelve la presión de las olas. Se esperan alcanzar 2.000 horas anuales de pleno rendimiento. Además de abastecer de forma constante a 600 personas, la energía renovable que se produzca evitará la emisión de 600 toneladas anuales de CO2. Durante la inauguración oficial de la planta, el pasado día 8, el lehendakari Patxi López defendió la apuesta por las energías renovables recordando que "el País Vasco tiene que importar casi el 97% de la energía que consume".

El único problema, inesperado problema, ha sido el enorme estruendo que genera el aire al pasar por las turbinas. Ante las quejas de algunos vecinos, el Ente Vasco de la Energía, dependiente del Departamento de Industria, se ha comprometido a reducir el ruido al mínimo mediante la instalación de gruesas puertas insonorizadas.

La inversión para la construcción del dique, apoyada por el programa europeo de investigación, ha ascendido a 6,7 millones de euros.