Expertos de diversas asociaciones de médicos rechazan que el caso de Inmaculada Echevarría, la enferma con distrofia muscular progresiva que anoche falleció al ser desconectada del respirador que la mantenía con vida, pueda considerarse eutanasia. El fallecimiento de la mujer ha avivado el debate sobre el derecho de una muerte digna.El presidente del Comité Científico de la Sociedad Internacional de Bioética (SIBI), Marcelo Palacios, opina que en esta ocasión "no se trata de eutanasia ni de suicidio asistido", sino tan solo de una retirada de tratamiento "atendiendo al derecho que asiste a los ciudadanos" y que viene recogido en la legislación vigente, en concreto en la ley básica reguladora de la autonomía del paciente.Coincide con esta opinión el presidente de la Comisión Deontológica del Colegio de Médicos de Vizcaya, Jacinto Batis, para quien la eutanasia supone realizar una acción con "la intención de provocar la muerte, no de aliviar el dolor" y, en cambio, la limitación del esfuerzo terapéutico --caso de Echevarría, según Batis-- es "dejar de emplear un tratamiento inútil o fútil", que no resuelve la enfermedad.Asistir la muerte de un enfermo terminal, una práctica "frecuente"Jaime Boceta, presidente de la Sociedad Andaluza de Cuidados Paliativos, defiende que el caso de Echevarría "se ha respetado la metodología correcta" fijada en los procedimientos éticos y ha destacado que este asunto "no tiene nada que ver" con la eutanasia, "aunque las declaraciones de la paciente pidiendo que se la aplicara la eutanasia han podido crear confusión".El caso de Echevarría puede compararse, según el presidente de la Sociedad de Cuidados Paliativos, Xavier Gómez Batiste, a alguien a quien le diagnostican un cáncer y decide no operarse aunque se muera, lo que "no es eutanasia". De igual manera, el doctor rechaza que el caso de Granada se identifique con la acción de provocar la muerte a un enfermo incurable para evitarle sufrimientos. El médico especialista de Neumología del Hospital Clínico de Granada, de quien dependía la unidad que mantenía con vida a Echevarría, ha dicho que es "frecuente" asistir la muerte del paciente terminal, lo que supone "aliviar, no producirla". Sáez ha recordado que la fallecida "sabía perfectamente lo que quería", aunque cuando requirió el respirador "no lo rechazó pese a que podía haberse negado".Por su parte, la asociación Derecho a Morir Dignamente ha señalado "su satisfacción" porque se haya respetado la voluntad de la paciente, además de coincidir en que no se trata de eutanasia.Un "problema deontológico", según el colegio andaluzNo lo tiene tan claro el presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos, Carlos González-Vilardell, quien opina que hay "un problema deontológico" que deberá estudiarse en profundidad "para aclarar si se ha incurrido o no en un caso de eutanasia por omisión o activa". También ha lamentado que los comités éticos del colegio no hayan sido consultados.Frente a las reacciones que no cuestionan la legalidad de la medida están las de algunos miembros de la Iglesia, como el arzobispo de Toledo y cardenal primado de España, Antonio Cañizares, que la ha considerado una "acción de eutanasia o suicidio asistido". El sacerdote tetrapléjico y profesor de la Universidad de Navarra Luis de Moya ha aventurado incluso que "alguno podría ir a la cárcel".