Con el también gallego José Blanco como ministro de Fomento, el PP fue un auténtico azote sobre la llegada de la alta velocidad a Galicia. Por eso, con el presupuesto de obra pública temblando por los recortes, a Ana Pastor le costó ofrecer a sus compatriotas alguna alegría sobre el calendario. Para dulcificar el oxímoron de la lentitud en el AVE, se optó por recortar los tiempos de viaje entre Madrid y la comunidad, usando parte de la vía de altas prestaciones. Pero parte de la infraestructura, con recorridos en vía única y sin electrificar, no ayudaban. Por eso la solución fue el híbrido --parte eléctrico y parte diésel-- que se estrenó en la línea y que supuso una inversión de 78 millones de euros. Estos trenes, como el accidentado el miércoles, se estrenaron en junio del 2012 y tuvieron varias averías en el inicio de su andadura.