La fiscalía quiere castigar con mayor dureza a los graffiteros. En su memoria anual eleva una propuesta para que se persiga penalmente a los que pintan automóviles, trenes y barcos. También quiere que se considere delito los daños que ocasionen esas actuaciones cuando los gastos de reparación superen los 400 euros.

Explica que el deterioro causado por esas conductas exigen "importantes" cantidades de dinero para arreglar los desperfectos ocasionados. El fiscal sostiene que el ciudadano no comprende que esa actuación se considere una simple falta. Por ello, solicita al Gobierno que se modifique el Código Penal con la intención de que se califique como delito esas pintadas si el gasto que generan superan "una determinada cantidad".