El acceso a la salud es una de las graves carencias de la comunidad gitana, que agrupa a 700.000 personas en España. Varios estudios presentados ayer en una jornada internacional revelan que su esperanza de vida es 9 años inferior a la media estatal. La situación de los romanís llegados de Portugal y países de la Europa del Este, según los expertos, aún es peor.

Los informes lo atribuyen a una situación sanitaria deficiente, que se muestra en una mayor incidencia de enfermedades infectocontagiosas como la hepatitis B y la C, un escaso seguimiento de las vacunas infantiles y una mayor obesidad. También es ínfimo el control de indicadores como el del colesterol, muy elevado en este sector de la población española, que abusa de las grasas.

La planificación familiar y la salud ginecológica son otra asignatura pendiente entre las mujeres, que tienen hasta seis hijos a partir de los14 años, frente a la media de 1,7 después de los 30.

Elena Buceta, coordinadora del área de salud de la Fundación Secretariado Gitano, subrayó que la situación obedece a un menor acceso a los servicios sanitarios, por un problema de falta de formación y de información: las campañas generales no llegan a todo el colectivo si no son a través de mensajes orales, que es su forma tradicional de comunicación. "Hay que tener en cuenta como entienden la salud y enseñarles cómo funciona el sistema sanitario y cómo se accede a él", reflexionó Buceta.

Sanidad dijo que está haciendo un sondeo específico, que incluirá en la próxima Encuesta Nacional de Salud, para hacer un diagnóstico preciso sobre los romanís.