La conferencia episcopal francesa ha pedido perdón a las víctimas de los abusos sexuales por el silencio culpable que a menudo ha mantenido la Iglesia católica sobre los casos de pedofilia. Reunidos en Lourdes para celebrar su gran asamblea plenaria de otoño, los 115 obispos franceses han invitado a los fieles a sumarse a una plegaria de penitencia.

Una iniciativa inédita en un cónclave acostumbrado a ocultar la verdad pero irremediable al haberse visto salpicado desde hace meses por las revelaciones en cadena de abusos en los que están implicados miembros del clero.

El escándalo más sonado ha sido el del sacerdote de Lyon Bernard Preynat, a quien se acusa de haber abusado de cerca de 70 jóvenes 'scouts' entre 1986 y 1991. La sospecha de que tales actos no podían ser ignorados por la jerarquía eclesiástica llevó a una asociación de víctimas a apuntar al cardenal Philippe Barbarin como cómplice de encubrimiento por haber cambiado al sacerdote de parroquia para ocultar los hechos. Sin embargo, para decepción de los afectados, la investigación judicial ha terminado archivándose.

Durante las misas de este lunes en todo el país se ha pedido perdón por los propios pecados y por no haber hecho lo necesario para que se supiera toda la verdad, según ha explicado el portavoz de los obispos galos, Monseñor Olivier Ribadeau Dumas. Los prelados confían en que todos los actores de la Iglesia adquieran mayor conciencia de su responsabilidad ante las personas que tienen a su cargo.

UN PASO INSUFICIENTE

Un paso “insuficiente”, en opinión del presidente de la Asociación La Palabra Liberada, François Devaux, responsable de que el caso de pedofilia de Lyon saliera a la luz pública. “Las altas instancias religiosas no tienen ninguna voluntad de actuar”, se ha quejado.

Desde que se conocieron los hechos, la Iglesia puso en marcha algunas medidas, la mayoría simbólicas, como la de crear una cuenta de correo electrónico para que las víctimas pudieran expresarse. Pero en el fondo, poco ha cambiado. Aunque se han recogido uno cien correos, los delitos se remontan a menudo a los años sesenta y han prescrito desde hace tiempo.

Por otro lado, esta jornada de recogimiento penitente en Lourdes no ha sido una decisión de los obispos franceses sino consecuencia de los designios vaticanos. Ha sido una iniciativa personal del Papa Francisco quien el pasado septiembre dejó en manos de cada conferencia episcopal decidir la fecha y el formato para escenificar este arrepentimiento colectivo.