Más de 5.000 visitas en apenas 10 días avalan el éxito de Expomagia , una muestra interactiva que recorre el secreto mundo del ilusionismo y que ha permanecido instalada en el conventual San Francisco de Plasencia hasta el pasado jueves, con motivo del II Ciclo de Magia que se celebra hasta abril.

El artífice de esta exposición tan exitosa, que lleva recorriendo distintas ciudades de España desde 2007 y ha llegado incluso a Marruecos, es el mago Alfred Cobami (33 años, nació en Cáceres pero se crió en Navalmoral de la Mata). "La idea surgió cuando me di cuenta de que mi casase había convertido en una especie de museo, por todos los artilugios y aparatos relacionados con el ilusionismo, que había ido coleccionando a través de diferentes viajes que hice", explica Cobami, que asegura que fueron sus propios amigos los que le propusieron realizar una muestra con todos aquellos objetos.

Cobami --que descubrió la magia a los 9 años, "después de ver un programa de televisión que me dejó impactado"-- ideó Expomagia con la intención de crear un espectáculo "en el que se pudiera tener un contacto directo con el público, sin necesidad de que estuviera sentado en una butaca". Y así nació esta exposición-espectáculo, que "es flexible, puesto que modulamos la muestra en función del espacio donde vayamos a instalarla".

Una muestra que atrae por igual a adultos y niños, porque tiene la capacidad de sorprender y porque aglutina diversas disciplinas como cartomagia, escapismo, espiritismo, magia general y mentalismo. Además, uno de los magos que acompañan a Cobami, Markus M., se encarga de realizar la parte didáctica para los niños. Por este motivo, la muestra ha recibido la visita de más de 1.000 escolares, "que luego volvían a repetir por las tardes con sus familiares", subraya Cobami, que asegura que en alguna ocasión se ha visto desbordado de la cantidad de gente que ha inundado el conventual San Francisco.

"La exposición tiene enganche porque no se trata sólo de hacer magia y sorprender con un truco" explica Cobami. "Ciertamente el truco es muy importante, porque un mago no se puede permitir el lujo de fallar; pero hay que vestir la magia con otros aspectos. Teatrales, humor y sobre todo saber comunicar y crear una atmósfera adecuada, para que el ilusionista puedaguiar al público hasta conseguir fascinarle".

Cobami es metódico en sus espectáculos,"aunque me gusta que todo parezca improvisado". Tablas no le faltan para ello, porque con 12 años consiguió estructurar su primer espectáculo de magia y apenas cinco años después ya dedicaba casi todo su tiempo a su pasión: la magia. Una pasión que, de forma casi completamente autodidacta, ha convertido en su profesión.