Jordi y Ona vivirán unos días a la semana con su padre y otros con su madre. Un tribunal de la Audiencia de Barcelona ha impuesto la custodia compartida de los dos menores, tras el desacuerdo entre sus progenitores, por ser más beneficioso para los niños. Fuentes judiciales aseguraron que son escasas las resoluciones en este sentido dictadas en Cataluña, que, además, ha contado con el beneplácito del fiscal como defensor de los derechos de los menores.

La Sección Decimoctava de la Audiencia de Barcelona ha estimado el recurso presentado por el padre, Jordi, que reclamó que se revocara la sentencia de un juez de primera instancia de Granollers que otorgaba a la madre, María Roser, la custodia de los hijos y establecía un régimen de visitas para el progenitor.

La sentencia destaca que, después de que se dictara el primer fallo, el hijo mayor de matrimonio, Jordi, de 13 años, manifestó "con absoluta convicción" su deseo de compartir, por igual, el tiempo de convivencia con su padre y con su madre. La Audiencia ha accedido a ello gracias a una modificación del Código Civil del 2005.