Explosivo, secreto y desmoralizador. Las 300 páginas encuadernadas en rojo y sin título están en la caja fuerte del apartamento papal y Benedicto XVI las entregará solo a su sucesor. De manera que, hasta la fecha, conocen su contenido únicamente cuatro personas. Se trata del informe elaborado por tres cardenales nombrados por Joseph Ratzinger para que investigasen el Vaticano, tras explotar el caso conocido como Vatileaks , sobre la fuga y publicación de papeles personales, reservados y secretos del Papa.

Según anticipaciones del semanario Panorama que salió ayer a la venta, el informe constituiría una especie de radiografía despiadada sobre lo que se podría llamar la parte mala del Vaticano. La misma que ya denunció el arzobispo Carlo Maria Viganò cuando era secretario del Estado del Vaticano, a instancias del mismo Papa, y que después fue alejado de Roma.

El diario La Repubblica trata el mismo tema, aunque una reconstrucción fehaciente permite confirmar que la información fue sacada a partir de la anticipación de Panorama y arropada de otra manera. Lo que demuestra que, en vísperas de un cónclave, Roma está al acecho. Aunque resulta mejor que cuanto sucedía en siglos pasados, cuando tras la muerte del Papa los romanos se encerraban en sus casas y la ciudad era víctima de saqueos, violaciones, incendios y ajustes de cuentas entre diversos linajes aristocráticos que intentaban emplazar a un sucesor.

LOBIS De acuerdo con la reconstrucción de Panorama , en el Estado papal existirían verdaderos lobis de cardenales y laicos que se dedican a hacer negocios a lo grande, a favorecer u obstaculizar carreras e incluso a proteger a los homosexuales internos. "El gay sería el lobi más ramificado e influyente de todos los presentes en los dicasterios vaticanos", escribe el semanario.

El lobi económico dispondría de mucho dinero con el que, además de hacer negocios, "condicionaría incluso algunas decisiones que se toman en los Palacios Sagrados". En el pasado este cronista conoció a un monseñor que, junto con un industrial italiano, importaba anualmente un petrolero, naturalmente cargado, y con su venta transcurrían bien el año.

EL TERCER GRUPO Habría también un tercer grupo, del que como los demás forman parte cardenales, obispos, simples monseñores y laicos, agrupados en torno a los intereses por la carrera eclesiástica. Estos dedicarían parte de su tiempo a promocionar subidas de escalafón y a neutralizar "adversarios". Según la revista, el último grupo estaría formado por personajes unidos por un común origen geográfico, como no podría ser de otra manera en un estado integrado por más de 3.000 personas procedentes de todo el mundo.

"Algunos eclesiásticos no han dudado incluso en poner en pie una sistemática máquina de enfangar , para quemar a posibles adversarios o a insuflar en los superiores el veneno de la duda o de la sospecha a propósito de algunos prelados", escribe Ignazio Ingrao, autor de la exclusiva de Panorama .

En cuanto a los clérigos homosexuales, el informe comprendería incluso sus lugares de encuentro. Entre ellos una sauna y una villa en la periferia de Roma, un centro de estética en el centro, una residencia universitaria y no especificadas "estancias del Vaticano". Según filtraciones imposibles de confirmar, los autores del informe considerarían y así lo habrían dicho al papa que se trata de personas sujetas a una "impropriam influentiam" (chantaje)

Que algo se movía debajo del papa contra los clérigos homosexuales activos fue un programa del canal de televisión italiano La7, que dos años atrás retransmitió el vídeo captado por un joven atraído por un monseñor hasta un despacho vaticano supuestamente para una relación. El interesado se defendió siempre, aduciendo que en realidad estaba investigando sobre los casos, lo que a la vista de lo actual incluso podría ser verdad.

Los cardenales que han elaborado el informe son el español Julián Herranz (Opus Dei), el italiano Salvatore de Giorgi, vinculado al expresidente de la conferencia episcopal italiana Camillo Ruini, y el eslovaco Jozef Tomko. Este último habría sido el responsable del Sodalitium pianum , una asociación secreta de agentes vaticanos surgida (s. XIX) para buscar y perseguir a seguidores del Modernismo y mantenida después como lo que algunos autores, principalmente franceses, han llamado "el contraespionaje vaticano". Hasta que supuestamente Benedicto XVI lo disolvió lo llamaban también "la Entidad" o "El Abetal".

El trío cardenalicio habría procedido sometiendo a todos los interesados a unas preguntas iguales sobre el Vatileaks , seguidas de un interrogatorio verbal sobre su vida. Los comisarios contaban con una ficha completa y previa sobre cada uno de ellos, que firmaron las actas sin poderse quedar ninguna copia.