El interventor del tren siniestrado, Antonio Martín Marugán, reconoció ayer por la tarde a EL PERIODICO que habló con el maquinista, Francisco José Garzón Amo, instantes antes del descarrilamiento que costó la vida a 79 personas. Martín Marugán admitió que llamó con su móvil corporativo al de Garzón para preguntarle si accederían a Pontedeume por la vía más próxima a la estación, para que se pudiera apear con más facilidad una familia con niños. Martín Marugán ocultó esa conversación a la policía cuando dos días después del accidente declaró en la comisaría de Santiago. Y en las últimas horas no solo la ocultó, sino que negó haberla realizado cuando recibió la llamada de un investigador que le preguntó en varias ocasiones si recordaba haber telefoneado al maquinista. Ayer por la tarde, el interventor, después de saber que el maquinista había acudido voluntariamente por la mañana al juzgado y que había revelado su identidad, admitió los hechos.

La normativa de seguridad de Renfe prohíbe el uso del móvil particular, que debe ir apagado. Para asuntos de circulación, el maquinista y el control deben comunicarse por el teléfono fijo del tren. El interventor no puede utilizar este teléfono fijo, pero sí el móvil corporativo para hablar con el maquinista por situaciones que "tiene que poner en su conocimiento".

La incógnita que tendrá que resolver el magistrado Luis Aláiz es si esa llamada del interventor, que se produjo dos minutos antes del accidente, justo en el momento en que Garzón debería haber empezado a frenar, a cuatro kilómetros de la curva de A Grandeira, causó el despiste que desencadenó el accidente. "El maquinista conocía la ruta, el interventor conocía la ruta, la habían hecho un montón de veces, y en ocasiones juntos. Lo único que varió ese día fue esa llamada", indicaron fuentes al corriente de la investigación, que advirtieron de que la posible responsabilidad, si la hubiese, penal o administrativa del interventor la decidirá el magistrado.

Anoche no estaba decidido si el interventor será llamado por la policía para que vuelva a declarar ante la brigada judicial de Santiago o lo citará directamente el juez. Para los investigadores no hay ninguna duda de que la ocultación de la llamada fue intencionada, tanto por parte del interventor como del maquinista. Y que ambos, que son viejos amigos, intentaron protegerse y actuaron con miedo. Varios amigos del maquinista aseguraron ayer que Garzón intentó proteger a su amigo porque "no quería que sufriera más gente". Tampoco dijo nada de esa llamada, y también la conocía, y sabía que era crucial en la investigación, el vigilante de seguridad de Prosegur que en el momento del accidente estaba de pie en el segundo vagón junto al interventor. Escuchó la llamada y que al otro lado estaba el maquinista. Martín Marugán insistió a este diario en que nunca quiso ocultar ningún dato a los investigadores, si no dijo nada de la llamada es porque consideró que "no era trascendental para la investigación, y no influyó" en el siniestro.

"Había una familia con niños y quería evitarles que atravesaran las vías. Quedamos en que yo me comunicaría con el puesto de mando para que le autorizaran el paso por esa vía más cercana a la estación. Colgamos y segundos después el tren descarriló", relató Marugán. ¿Y por qué no lo dijo a la policía? "Fue una primera declaración. Habían pasado pocos días y de la cabeza no se me iban esas escenas tan terribles. Estaba aturdido", añadió.

Ayer por la mañana, Garzón, acompañado de su abogada, se personó en los juzgados y pidió comparecer ante el magistrado. Allí reveló la identidad del interventor, después de que varios amigos maquinistas le aconsejaran decirlo, advirtiéndole de que tarde o temprano se sabría.

VIEJOS AMIGOS Marugán contó a este diario que al maquinista le conoce hace muchos años, y habían coincidido muchas veces en este mismo trayecto. "No he podido hablar directamente con él, pero imagino que está completamente hundido". En su declaración a la policía, que consta en el atestado, Marugán contó que solo había hablado una vez con Garzón en la estación de Orense dentro del protocolo que debe haber entre maquinista e interventor para "dar novedades".