El primer ministro japonés, Naoto Kan, ha pedido a la empresa operadora de la planta nuclear de Hamaoka, al suroeste de Tokio, que paralice todas sus operaciones por seguridad, según la agencia local Kyodo. La planta de Hamaoka, operada por Chubu Electric, se encuentra en la costa del Pacífico en Tokai, un área donde confluyen tres placas tectónicas y donde se teme que pueda producirse un terremoto de hasta 8 grados de magnitud en la escala de Richter. Kan cree que todos los reactores de la planta deberían pararse hasta que haya medidas suficientes para afrontar un tsunami o terremoto. El primer ministro japonés ha admitido que la respuesta de su Gobierno al terremoto del 11 de marzo fue "inadecuada en varios aspectos" y pidió a sus ministros que compartan más información. "Nos vimos sobrepasados por el trabajo en nuestras respectivas áreas y la respuesta fue inadecuada en varios aspectos", dijo Kan a los dos equipos gubernamentales encargados de la crisis nuclear y las consecuencias de un desastre que suma casi 25.000 muertos y desaparecidos. "Las áreas afectadas aún encaran condiciones difíciles, pero también hemos visto movimientos positivos hacia la reconstrucción", comentó el primer ministro nipón, según la agencia local Kyodo. Sin embargo, el 55% de los japoneses tiene pocas expectativas sobre los esfuerzos del Gobierno para atajar la que el propio Kan ha definido como la peor crisis del país desde el final de la segunda guerra mundial, según una encuesta del diario Asahi. El terremoto de 9 grados Richter del 11 de marzo causó un devastador tsunami que, además, provocó una alerta nuclear en la planta de Fukushima (noreste de Japón) que todavía no ha sido controlada. En total, 14.841 personas murieron y otras 10.063 resultaron desaparecidas a causa del desastre, que devastó amplias zonas de las provincias de Miyagi, Iwate y Fukushima, donde hay más de 100.000 evacuados. Los emperadores de Japón, Akihito y Michiko, han visitado este viernes pueblos de la provincia de Iwate, una de las más devastadas por el tsunami del 11 de marzo, donde hay más de 4.300 muertos y 3.300 desaparecidos. Akihito, de 77 años, y Michiko, de 76, volaron en helicóptero a los pueblos de Kamaishi y Miyako, para visitar centros de evacuación y mostrar su apoyo a ciudadanos afectados por la catástrofe, además de realizar una donación económica a título personal. Se trata de su cuarta visita a una zona de Japón devastada por el desastre después de las realizadas en abril a las provincias de Chiba, Ibaraki y Miyagi. El próximo miércoles 11 de mayo, exactamente dos meses después del terremoto de 9 grados Richter, los emperadores visitarán Fukushima, donde decenas de miles de personas permanecen evacuados debido a la crisis nuclear no resuelta. Por su parte, los príncipes herederos, Naruhito y Masako, tienen previsto visitar mañana un refugio en Misato, en la provincia de Saitama, donde están alojados residentes de la ciudad de Hirono, evacuados a causa de los altos niveles de radiación emitidos por la central de Fukushima Daiichi. Será la segunda visita de la pareja a un centro de acogida, después tras desplazarse el pasado 6 de abril a un estadio tokiota que sirve de refugio provisional.