Algo pasa con la cantidad y, lo que es más preocupante, con la calidad del semen de los hombres. Un estudio pionero elaborado por especialistas españoles sitúa a Cataluña a la cabeza de España en el deterioro de la fertilidad, hasta el punto de que el 65% de los varones presentarían serias deficiencias en su esperma y, de estos, uno de cada cinco sería totalmente estéril. El estudio, que no especifica datos sobre los extremeños (el muestreo no ha sido lo suficientemente relevante), achaca la pérdida de calidad a los tóxicos industriales y revela que la mayor reducción de espermatozoides se localiza en las comunidades autónomas con un mayor grado de industrialización en los últimos 50 años.

El estudio, en el que han participado 60 centros de reproducción asistida y 1.239 jóvenes de toda España, muestra que en el 57,8% de los varones el estado de los espermatozoides está por debajo de los parámetros que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera normales: más de 20 millones por milímetro de eyaculación, el 25% con movilidad adecuada y el 30% con morfología definida.

La mala calidad del esperma --según la investigación-- no tiene nada que ver con el consumo de tóxicos como el tabaco, el alcohol, otras drogas o el estrés. Galicia, Andalucía y Madrid presentan el menor deterioro, mientras la Comunidad Valencia y Euskadi acompañan a Cataluña en los índices más bajos. "La relación con la industrialización es muy clara, sobre todo, en Tarragona, que acoge a grandes petroquímicas, donde se observan las mayores alteraciones", subrayó Manel Elbaile, miembro del Institut Marqués, que ha coordinado el trabajo.

PRODUCTOS CONTAMINANTES El experto explicó que los productos contaminantes generados por la industria y la agricultura acaban en los alimentos que comemos y el agua que bebemos, especialmente si proceden del Ebro y el Llobregat, ríos "altamente contaminados". A ello se unen las hormonas usadas en alimentación animal, medicinas y otros productos químicos que se comportan como estrógenos femeninos y que afectan a los varones antes de nacer.

El trabajo no ha estudiado el daño o la degeneración genética del semen porque requeriría de biopsias testiculares, para las que no hay voluntarios. Pero según Marisa López-Teijón, otra coordinadora del informe, todo apunta a que las alteraciones en la concentración del semen "podrían tener sus causas en el periodo embrionario". Se darían "antes incluso del nacimiento de los varones que las padecen", en una fase fetal temprana en la que se conforman los testículos --a los tres meses--, y cuando la madre "traslada demasiada hormona femenina al feto varón".

SUSTANCIAS QUIMICAS En zonas altamente industrializadas, las disfunciones se achacan "a la exposición del embrión a los disruptores endocrinos", sustancias químicas que los humanos no dejamos de acumular durante toda la vida y que "la madre trasmite al feto a través del cordón umbilical". Pueden alterar el proceso de formación de espermatozoides y causar la reducción de su concentración. Es un amplio espectro de hasta 550 sustancias descritas por la UE, que "actúan como hormonas femeninas, que se adquieren con la alimentación, muy resistentes a la biodegradación y que se acumulan en el tejido graso y la leche materna". Están en pesticidas, disolventes, dioxinas, fertilizantes, disfenoles, policarbonatos, pecebés y un inacabable etcétera presente en los objetos más cotidianos.

El informe también echa por tierra el tópico de la pérdida de calidad con los años. "Si la alteración se produjera tras la pubertad, habríamos detectado un empeoramiento en la concentración por de la edad, y no es así", explicó Elbaile.

¿Significa esto que las poblaciones que son más industrializadas tienen más posibilidades de ser estériles? Marisa López-Teijón explicó que no. Para los expertos, una calidad seminal anormal, o "subfertilidad", es decir, con alguno de los parámetros por debajo de lo establecido, significa que estos jóvenes "tardarán más tiempo en lograr un embarazo, dependiendo de la edad y fertilidad de su pareja", pero no tiene por qué implicar infertilidad. Consideran normal la demora de hasta un año en una pareja con relaciones sexuales regulares.

Los autores de la investigación aseguran igualmente que hay que huir del catastrofismo. "La calidad del semen es menor, pero vivimos más y curamos más enfermedades. Es un precio que debemos pagar. Quizá una tribu del Amazonas tenga más calidad seminal, pero su mortalidad en el parto es brutal y sucumben a la apendicitis", concluyeron estos especialistas tras presentar el informe este jueves en la capital de España.