Un juez de Murcia ha otorgado cautelarmente la custodia de dos niñas al padre porque considera que la homosexualidad de la madre les perjudica y "aumenta el riesgo" de que las menores también lo sean. Fernando Ferrín Calamita, conocido por otras sentencias controvertidas, pone a la madre en la disyuntiva de "elegir entre sus hijas y la nueva pareja". Una veintena de colectivos de juristas, gais y feministas que ayer divulgaron el auto de Ferrín Calamita han pedido al Consejo General del Poder Judicial (CPCJ) que tome medidas.

Todo empezó con una situación propia de una comedia de enredo. Un hombre sorprendió a su mujer practicando sexo en el domicilio conyugal con otra mujer. Una vez repuesto de la doble sorpresa, exigió el divorcio. Y ahí entró en escena Ferrín Calamita, titular del juzgado de familia número 9 de Murcia. Mientras no se resolvía el divorcio, el pasado 6 de junio dictó un auto provisional repleto de consideraciones a cual más retrógrada. Pero quizá la más escandalosa es la que equipara la relación homosexual de la progenitora con la que pudiera tener con un "toxicómano, pederasta, prostituta" o con alguien que "perteneciera a una secta satánica".

El juez tiene muy claro que "el ambiente homosexual perjudica a los menores" y "aumenta sensiblemente el riesgo de que estos lo sean", por lo que un progenitor homosexual no puede dar a los niños la formación a la que tienen derecho. Además de la custodia de las niñas, el juez otorga al padre el uso de la vivienda familiar y las vacaciones veraniegas de la niñas.

A la protesta de las 18 organizaciones sociales, el Poder Judicial respondió ayer informando de que el TSJ de Murcia ha abierto al juez un expediente gubernativo que se tramita en el CPCJ. Este tribunal le abrió recientemente otro expediente para investigar si estaba retrasando el proceso de adopción de una niña a una lesbiana que es la pareja de la madre biológica.