Los esfuerzos del juez porque el nombre de Dolores Vázquez se omitiera en el juicio por el asesinato de Rocío Wanninkhof resultaron ayer baldíos. Tras ser exculpada de la muerte de la joven de Mijas, después de pasar 17 meses en prisión, Vázquez se situó ayer otra vez en el epicentro del caso. Tony Alexander King, único imputado en la repetición del juicio, y la madre de la víctima, Alicia Hornos, la apuntaron como coautora o instigadora del homicidio. El británico incluso aseguró haber visto cómo la apuñalaba entre risas a la chica.

King, que fue expulsado de la primera sesión por insultar al tribunal, compareció más calmado. Explicó que la noche del 9 de octubre de 1999 estuvo bebiendo vino y consumiendo hachís y cocaína en casa de su amigo Robert Graham, quien le pidió hipnotizarlo "para practicar".

A punto de perder la consciencia, se percató de que en la vivienda entraban Dolores Vázquez --"a la que Robert conocía porque hacía trabajos sucios para gente de la costa"--, otro amigo y un desconocido. Cuando despertó, según su relato, estaba dentro de un coche junto a Graham, y al volverse, vio a "Dolores riéndose y apuñalando a Rocío por la espalda". Según dijo, Vázquez tenía en la mano las bragas de la chica.

VIVA EN EL MALETERO Frustado porque el juez no consintió que le hipnotizaran "para recordar los detalles con claridad", King explicó que en el lugar del crimen vio también cómo Graham cortaba el cuello de Rocío en el maletero porque "seguía aún viva". Negó que participara en el traslado del cadáver a Marbella, donde fue localizado.

Insistió en que Vázquez cogió una navaja de su propiedad para mancharla de sangre de Rocío "porque es una mujer muy lista". Tanto que, según dijo, "quiso ir a la cárcel para reclamar una indemnización". King, que se definió como una "cabeza de turco", justificó su primera confesión de los hechos: "Es lo que querían que dijera y tenía miedo de que me mataran".

Tanto defensa como acusación particular mantuvieron la tesis de que en el asesinato participaron más personas. La madre de Rocío argumentó que la corpulencia de su hija dificultaba que fuera atacada por una sola persona, y centró su declaración en la ropa interior hallada el verano del 2005 ante su casa, pese a que su inclusión como prueba fue rechazada. Hornos --que se saludó con King con un gesto de cabeza-- insistió en que se trataba de las bragas que llevaba su hija el día del crimen y que contienen ADN de Rocío y de Dolores. "El asesino de mi hija no es King, sino Dolores", adujo.