La Princesa de Asturias presidió ayer en el Senado un emotivo acto en conmemoración del Día Mundial de las Enfermedades Raras, y al igual que muchos de los congregados en el antiguo salón de Plenos de la Cámara Alta, se ha emocionado con el testimonio de enfermos y padres de afectados por estas dolencias.

Desde la tribuna de oradores, aupado por su padre, Rubén, un niño de nueve años aquejado de neurofribromatosis, que entre otros efectos le ocasiona una importante hinchazón en la cara, ha pedido ayuda para buscar cura, después de que su madre hubiera expuesto la estremecedora experiencia que están sufriendo sus progenitores.

Mientras Luisa Mesonero explicaba el calvario que han tenido que pasar desde que a los nueves meses el pediatra detectó el problema, con angustiosas dudas para decidir una intervención quirúrgica que unos médicos aconsejaban y otros no, a muchos de los asistentes se les saltaban las lágrimas.

En el antiguo salón de plenos también se escuchó una declaración por el Día Mundial de las Enfermedades Raras, que se celebró el pasado 28 de febrero, y música, a cargo del grupo extremeño El Desván del Duende, cuya canción Si se quiere se puede fue coreada, aplaudida y jaleada por todos los asistentes.