Ana Mayo camina con un pitillo entre los dedos que, inconfundiblemente, lo fabricó ella misma. Los cigarrillos de liar suelen salir bastante más delgados que los de una cajetilla, y tal vez eso es uno de sus atractivos: se inhalan menos humos insalubres por cigarrillo y, además, un paquete dura mucho más. "Antes, me gastaba cuatro euros por día, fumaba un paquete. Ahora, gasto lo mismo en una semana", dice Ana, para explicar el por qué de su salto a la picadura de liar. Y no es ella la única.

El pasado mes de enero, mientras que las ventas de cajetillas de cigarrillos cayeron en picado, los de picadura de liar subieron en un 20%. Y eso que los precios han subido mucho en un año, con dos incrementos de impuestos muy elevados en julio y diciembre, que provocaron un alza del 45% del precio.

"Pero aun así, sigue saliendo mucho más barato que una cajetilla", comenta el estanquero Luis Pérez. Como ejemplo, compara dos productos del popular Marlboro: "Un bote de picadura de liar de 90 gramos cuesta 11 euros y equivale a seis cajetillas, que cuestan más de 24 euros..." Precisamente Marlboro, muy tardío, fue el pasado mes de noviembre la última gran marca en lanzarse a este segmento, que solo representa el 3% del mercado del tabaco, pero que aumenta cada año sus ventas.

Pero esas marcas tradicionales han visto cómo otras, menos conocidas para el gran público, han copado buena parte de las ventas de tabaco de liar. Como muestra, la marca alemana Puebla, popular porque no contiene aditivos ni conservantes --que no quiere decir que no contenga nicotina y alquitrán--. "Por cada paquete de otra marca vendemos 10 de Puebla", añade Luis.

Las tabacaleras obtienen menos beneficios de la picadura de liar, pero prefieren mantener fieles a los fumadores. Y poco a poco, sus clientes se han librado de las malas miradas de gente que sospechaba que se estaban liando un canuto.