TEtloy M. Cebrián (Albacete, 1963) ha demostrado en los últimos años un acierto en concursos literarios que ya quisieran muchos. A sus numerosos galardones cosechados en narrativa breve hay que añadir, en el género de la novela, el Ciudad de Jaén (juvenil) y el VII premio Francisco Umbral. Este último lo ganó con El fotógrafo que hacía belenes , obra que supone un giro en su carrera en tanto que se aleja de la narración histórica de Memorias de Bucéfalo o de los relatos escritos con el paso de los años, reunidos recientemente en Las luciérnagas y 20 cuentos más , en los que Cebrián, lejos de ocultarlo, resalta la influencia en su estilo de Carver y Borges . (Por cierto, también en este libro surge de manera oblicua el personaje de Borges, mediante un descarriado familiar lejano de éste). El fotógrafo que hacía belenes (Zócalo, 2005) toma tintes de realismo sucio y explora en sus 366 páginas el lado más marginal de nuestra sociedad en las postrimerías del siglo XX. Un fotógrafo --que, efectivamente, hace belenes en sus ratos libres--, un inspector violento y una prostituta dominicana son los personajes principales a través de los cuales el lector se asoma a un catálogo de perversiones y bajezas morales en el que no están exentos destacados miembros del Opus Dei. Y al fondo: la ciudad, metáfora del mal, que extorsiona a sus criaturas humanas, inermes ante el dolor y la soledad.

Ameno, de ritmo trepidante, escrito con rigor, salpicado de erotismo, suspense, humor y oportunas reflexiones sobre la vida urbana, este thriller es, tal como reza la contraportada, un retrato de la mala vida . textamentosgmail.com