Las campesinas del grupo 400 Pueblos iban solo con sandalias y sombreros de paja para exigir al Gobierno que les devuelva las 2.000 hectáreas que ocuparon en 1988 en Veracruz. Pacientes y sin entorpecer el tráfico, desfilaban por los márgenes del paseo de la Reforma, daba panfletos y respetaban los semáforos. Iban con sus maridos, tapados de cintura para abajo. "Desnudamos la justicia. Podrán ver nuestros cuerpos pero no nuestras almas", decían.