Una tercera muerte, la confirmación de que el virus se extiende por el país y la más que probable transmisión entre humanos confirmada por la Organización Mundial de Salud (OMS). La misteriosa epidemia china sigue su curso, cinco semanas después de que el primer caso fuera detectado en una ciudad del interior, cuando el país prepara el anual éxodo masivo de año Nuevo.

La Comisión Nacional de Salud informó ayer del tercer fallecido en Wuhan, capital provincial de Hubei y epicentro del brote. También durante el fin de semana anunció que se habían detectado 130 nuevos casos, lo que eleva el número total a 198 y confirma una tendencia creciente que pone en duda la eficacia de las medidas de control. El grueso de los afectados en los primeros días eran vendedores y clientes del mercado local de Huanan, donde se vendía desde pescado hasta animales salvajes vivos. Pero los nuevos contagios después de su cierre permiten sospechar que la transmisión no solo funciona de animal a persona. No se ha demostrado aún ningún contagio entre humanos pero esa posibilidad fue confirmada ayer por primera vez por la OMS. «Una fuente animal parece ser la más probable causa de esta epidemia de un nuevo coronavirus, con algunas limitadas transmisiones entre humanos que han estado en contacto cercano», señalaba la organización en un comunicado.

Las autoridades chinas, que el sábado habían calificado la epidemia de «prevenible y controlable», confirmaron ayer los primeros infectados más allá de los límites de Wuhan después de varios días de rumores e informaciones periodísticas.

El virus ha alcanzado ya Pekín, donde se cuentan dos afectados. En Shenzhen, una macrociudad que linda con Hong Kong, hay ocho personas en cuarentena y cinco más en la provincia costera Zhejiang, cerca de Shanghái. A muchos chinos les había sorprendido que el virus hubiera saltado desde Wuhan al extranjero sin escalas intermedias. «Es un virus patriótico», habían anticipado con sarcasmo en las redes sociales.

Casos esporádicos han sido detectados en Tailandia, Japón y Corea del Sur, siempre de personas llegadas desde Wuhan. Los gobiernos de Hong Kong y Tailandia someten a los llegados de China a chequeos térmicos y Estados Unidos los anunció el viernes en los aeropuertos de San Francisco, Nueva York y Los Ángeles. La OMS, sin embargo, no ve por ahora razones para restringir los viajes ni el comercio con China.

Las mayores preocupaciones recaen en Wuhan, una ciudad más poblada que Nueva York y con numerosas conexiones aéreas con el extranjero. Docenas de pacientes con síntomas sospechosos esperan para ser tratados en los hospitales, controles térmicos han sido instalados en el aeropuerto y estaciones de trenes y los técnicos siguen tomando muestras del mercado cerrado.

Asoma ya la semana de vacaciones del Festival de Primavera, que sigue al Año Nuevo lunar. Son 400 millones de viajeros que inquietan a las autoridades. En la prensa se ha pedido que vayan al hospital los que padezcan fiebre, tos, respiración dificultosa o neumonía.