El Protocolo de Kioto sigue vivo y acabará entrando en vigor. Rusia cedió ayer a la presión de la Unión Europea y declaró que ratificará el documento sobre gases contaminantes si la UE apoya su entrada en la Organización Mundial del Comercio (OCM). "Rusia es partidaria del acuerdo y acelerará los esfuerzos hacia su ratificación. El hecho de que la UE nos haya tendido la mano en las negociaciones sobre la OMC influirá de forma positiva en nuestra actitud al respecto", dijo el presidente ruso, Vladimir Putin, al fin de la cumbre Rusia-UE celebrada en Moscú.

El Kremlin y la UE firmaron un documento sobre la conclusión de las negociaciones relativas al ingreso de Rusia en la OMC que garantiza el respaldo de Bruselas a Moscú en este asunto. Las declaraciones de Putin suponen un giro copernicano en la postura rusa sobre Kioto. En abril, el consejero de Putin, Andrei Illarionov, calificó el protocolo de "gulag interestatal" totalmente inaceptable para el Kremlin. Desde su llegada al poder en el 2000, el presidente no ha dejado de repetir que Moscú ratificará el protocolo si "no perjudica a los intereses económicos de Rusia".