No sabemos nada de Netflix. Pero Netflix lo sabe todo de nosotros: qué vemos, cuándo, dónde y con quién. Gestión de datos en el negocio audiovisual: Netflix como estudio de caso es un informe en el que Elena Neira, y otras dos docentes universitarias, diseccionan la plataforma y nos descubren cómo maneja la ingente cantidad de datos que, de manera involuntaria, el usuario ofrece. La compañía vive de esos datos, se alimenta de ellos. No es que los venda a empresas de publicidad, sino que los utiliza para su propia supervivencia: captar clientes y evitar que se den de baja.

Pensemos en una serie. La estupenda House of cards protagonizada por Kevin Spacey, por ejemplo. ¿Alguien piensa que nació así porque sí? El artículo de Neira deja claro cómo, gracias a un brutal trabajo de auténtica ingeniería numérica, Netflix llegó a la conclusión de que había tres cosas que entusiasmaban a sus clientes. Una: David Fincher. Dos: Kevin Spacey. Tres: una miniserie de la BBC de 1990. El resultado fue crear House of cards. «Ahora bien, los máximos responsables de la compañía siempre reiteran que respetan la libertad de los creadores en el desarrollo de los proyectos. Es decir, los datos masivos les dan pistas, pero dejan que el equipo artístico haga su trabajo», puntualiza Neira.

La plataforma Netflix apuesta por las series (enteras, sin entregas semanales). Las series son, de hecho, lo que convierte a un simple espectador en un fiel espectador.

Sin embargo, y a pesar del glorioso momento que vive, el profesor de la Carlos III Rubén Romero Santos pide no llevar a los altares a la pantalla pequeña. Recuerda que Hitchcock ya rodó Psicosis con el equipo de televisión con el que realizaba Alfred Hitchcock presenta. Y hablando sobre La peste (Movistar), también destaca que Alberto Rodríguez ha dirigido capítulos de la serie Hispania. Es decir, no es que ahora estén saltando las fronteras entre televisión y cine sino que, quizá, nunca las hubo. H