Nuria Martí (Madrid, 1979) es una de las autoras del trabajo de clonación desarrollado por la Universidad de Ciencia y Salud de Oregón (OHSU). Trabajaba en el Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia, pero un ERE que afectó a 144 de sus trabajadores la obligó a hacer las maletas. Ahora, tras año y medio en Portland, explica su satisfactoria experiencia en Estados Unidos y lamenta que España esté desperdiciando tanto talento.

--Entre los experimentos anteriores de clonación con células humanas y el salto hasta un blastocisto de 150 células, ¿qué ha cambiado?

--El éxito de la técnica, que se optimizó primero en primates no humanos, se basa en varios aspectos. Uno muy interesante es utilizar cafeína para prevenir la activación prematura del ovocito durante el proceso de transferencia nuclear. Y también es muy importante la calidad de los ovocitos donados y seleccionados.

--¿Por qué el experimento se acaba a los cinco días?

--Un embrión in vitro se desarrolla durante cinco días hasta el estadio de blastocisto y, si no haces nada con él, después degenera. El blastocisto es el estadio necesario para poder obtener células madre.

--¿Cuál es su contribución?

--Dentro del grupo de embriología de mi laboratorio, he participado en el proceso de transferencia nuclear, en la derivación de células madre y en el mantenimiento de las líneas celulares. Además, soy la coordinadora de las donaciones ovocitarias.

--Una vez logrado ¿es cuestión de tiempo una clonación completa de un humano?

--La técnica empleada es la misma que se utilizaría en una clonación con finalidad reproductiva, pero eso no significa que vaya a funcionar. De hecho, el equipo en el que ahora trabajo lleva mucho tiempo intentando hacerlo con macacos y no se ha conseguido.

--¿Cómo aterrizó a Oregón?

--Yo nací en Madrid en 1979 y a los dos años nos mudamos a Valencia. Estudié Ciencias Biológicas en la Universidad de Valencia y después hice un máster en reproducción asistida en el Hospital La Fe. Empecé mi tesis en el Centro Príncipe Felipe en el laboratorio de reprogramación celular y allí estuve trabajando en diferentes grupos durante dos años. Ahora, estoy muy contenta en la OHSU, pero me da mucha rabia que te veas obligada a irte.

--¿Estamos perdiendo una generación de científicos?

--Es una barbaridad no invertir en investigación. Tengo muchos compañeros en situación similar. Estamos bien preparados, pero en España no tenemos futuro.