TCtuando empecé a hacer programaciones didácticas me parecía un rollo todo aquello de los objetivos. Pero enseguida me fui dando cuenta de que lo más importante, en la educación y en la vida, es tener claro qué quieres conseguir. A partir de ahí, una vez fijado el objetivo, el resto radica en usar las mejores herramientas y buscar los caminos más seguros. Las organizaciones políticas también deberían tener consensuados sus objetivos y saber cuál es la mejor forma para llegar a ellos. Estas obviedades han desaparecido de la política extremeña y en un mes trepidante hemos vivido casi de todo. La noche del sábado 18 de junio nos íbamos a la cama con la imagen de los dos principales partidos políticos aplaudiendo al más pequeño de los que tienen representación parlamentaria. Ambos asumían de buen grado 12 puntos puestos sobre la mesa y a uno le entraban ganas de reír. El objetivo de esos grandes partidos era, en aquel instante, asegurarse el poder. Aunque para ello tuvieran que comprometerse a todo lo contrario de lo que había prometido. Mientras tanto IU abdicaba de sus objetivos: lejos de querer poner en práctica el mayor número de sus ideas de gobierno para los ciudadanos, se enrocaba en un debate que más bien parecía un juicio sumarísimo al pasado, un ajuste de cuentas por los agravios de 28 años y que, de rebote, provocaban el entusiasmo y la algarabía en el otro extremo ideológico, el situado más a la derecha. Y ahí anda metido el maestro Pedro Escobar , intentando explicar a sus propios militantes, quizá con poco éxito, los objetivos principales que debe tener una fuerza política de izquierdas.