El mar gallego volvió a ser ayer escenario de una tragedia. El Siempre Casina , un pesquero de Burela (Lugo), naufragó a 20 millas del cercano puerto de Ribadeo y de sus nueve tripulantes (tres gallegos, tres peruanos, dos senegaleses y un caboverdiano) sólo fue rescatado con vida uno, Gerardo Taboada Fernández, de 27 años, hijo del patrón.

Las tareas de búsqueda duraron todo el día y se rastrearon, sin éxito, 400 millas cuadradas. El barco estaba rodeado por los aparejos de pesca, lo que dificultó la labor de los buzos, que no pudieron acceder al interior. Al caer la noche, los equipos de rescate amarraron la embarcación a una estacha (un cabo grueso) para mantenerlo estable. Está previsto que a esta mañana el Siempre Casina pueda ser remolcado a puerto.

La radiobaliza del pesquero dio la alarma poco antes de las siete de la mañana de ayer. La alerta movilizó los equipos de Salvamento Marítimo, que se desplazaron hacia la zona del aviso. Allí se concentraron dos helicópteros, un avión, dos remolcadores, cuatro lanchas y varios pesqueros que acudieron a apoyar a sus vecinos.

Con las primeras luces, las lanchas Pesca 2 y Salvamar Sargadelos localizaron el barco a unas 20 millas al norte de Ribadeo. Estaba semihundido, con la proa emergida y sin señales de balsas o flotadores que invitasen a la esperanza. Un golpe de mar o una vía de agua son las causas más probables del naufragio.

A media mañana hallaron un bote en el que estaba el hasta ahora único superviviente. Gerardo Taboada dormía en el puente, con su padre, cuando se percató de que el barco se hundía. Pudo llegar a la lancha salvavidas, pero su padre, Gerardo Taboada, cayó al mar.

El resto de la tripulación dormía en los camarotes, por lo que se cree que ninguno pudo salir de la embarcación.

El marinero rescatado llegó a mediodía al puerto con síntomas de hipotermia aunque con aparente buen estado físico. De hecho, salió de la lancha Salvamar Capella por su pie. Sin embargo, estaba "moralmente destrozado" tras ver cómo el mar se tragaba a su padre y a sus compañeros, según cuentan sus rescatadores. Fue ingresado en el Hospital de la Costa de Burela.

LOS APAREJOS DESPLEGADOS El rescate continuó por la tarde con la llegada de un equipo de buzos que se sumergió para comprobar si los desaparecidos permanecían dentro del barco, pero no lograron ver nada.

El Siempre Casina había desplegado los aparejos de pesca antes de perder el control, lo que impidió el acceso a su interior. Los equipos desplegados lograron, sin embargo, amarrar el casco a una estacha para estabilizar la nave. El delegado del Gobierno dijo que hoy se intentará retomar el operativo. Las causas del accidente son una incógnita.