THtace unos días, Rodrigo Rato aseguraba que para hacer frente a la crisis hacen falta más refinerías. Pero el PP de Mérida dice que refinería no. Anguita apunta que la culpa del atraso extremeño no la tienen los catalanes, sino "los señoritos de Extremadura, (...) que se llevaron el dinero de sus fincas y lo invirtieron en el desarrollo industrial de Cataluña". Ergo, si ahora tenemos un señorito llamado Gallardo que por fin invierte su dinero en el desarrollo industrial de Extremadura habrá que aplaudirle.

El PSOE en Madrid es prudente, pero en Extremadura, una esperpéntica corte de los milagros nos lleva de una delegada del gobierno sin mano izquierda a altos cargos socialistas asegurando que la refinería no será perjudicial para el medio ambiente, sino todo lo contrario, nos conduce de los jueces permitiendo que se corte una autovía (yo, la verdad, no recuerdo nada igual) a los detractores de la refinería dibujando una Tierra de Barros futura repleta de niños marcianitos con tres orejas. La guinda es la agresión a Ramón Ropero y la inquietante sensación de que en Villafranca lo mejor es estarse calladito. ¿Cordura en Extremadura? Quizás Miguel Bernal (UGT) preguntándose qué sucederá cuando desaparezcan las subvenciones europeas si seguimos sin crecer, quizás los industriales del vino cuyas preocupaciones merecen un estricto control medioambiental del proyecto. En este caso, como casi siempre, la razón la tiene Ovidio: Inter utrumque tene , o sea: "Mantente entre los extremos"... Pero Ovidio no era extremeño.