A toro pasado, con casi un mes de retraso, como le recriminó la diputada socialista Angelina Costa, el ministro de Educación, José Ignacio Wert, compareció ayer en el Congreso de los Diputados e hizo una defensa numantina de su decreto de becas, que endurece los requisitos académicos y amenaza con expulsar del sistema a decenas de miles de estudiantes con pocos recursos económicos. Con un estudiado golpe de efecto, se arrancó con que la partida del presupuesto para el curso 2013-2014 ascenderá a 1.417,54 millones de euros, lo que supondrá un aumento del 20% con respecto al último ejercicio, es decir 250 millones más. "Es el mayor incremento en nuestra historia presupuestaria en términos absolutos y relativos", se jactó.

La oposición acogió el anuncio con cautela y escepticismo y abundó en pedir explicaciones sobre un aumento que considera en parte virtual, ya que deberá ser corroborado en los próximos Presupuestos Generales que elabore Hacienda. Entonces, dijeron, se podrá ver la letra pequeña de esa cuantía y la cantidad definitiva.

Partida condicionada

Wert se aferró a que el decreto aprobado y publicado en el Boletín Oficial del Estado el pasado 2 de agosto deja claro el aumento con respecto al año pasado y que, además, prevé que la partida destinada a becas generales "podrá incrementarse con una cuantía adicional de 450 millones de euros". Pero esta partida está condicionada a la "disponibilidad del crédito", según recoge el decreto. Es decir, dependerá de si Hacienda destina más dinero a las becas para completar el presupuesto inicial. Sin embargo, insistió en que el departamento que dirige Cristóbal Montoro ya ha "autorizado" o al menos ha dado su palabra de elevar la cuantía, ya que ±el decreto fue aprobado en el seno del Consejo de Ministros".

En cualquier caso, el portavoz socialista, Mario Bedera, tachó el anuncio de "tramposo", ya que el aumento de la pobreza y la mayor exigencia académica para optar a una beca compensatoria, un 6,5 de nota media, harán que muchos alumnos no lleguen a alcanzarla. "La nota, como los aparcamientos, tiene un efecto disuasorio. Muchos padres se plantearán que si no tienen recursos o sus hijos no son un fenómeno, no tienen que ir a la universidad", sostuvo.

Con recorte o sin él, Wert justificó su sistema por el objetivo del Gobierno de "mejorar el rendimiento de los estudiantes". Por activa y por pasiva trató de convencer a los diputados de que su política de becas es "más equitativa, más generosa y más eficiente" y que incluso ha sido alabada por el presidente de EEUU, Barack Obama. "Daremos más a quien menos tiene y más a quien más se esfuerza", prometió de nuevo, pero dejando claro que será el mayor rendimiento académico lo que "principalmente" dará lugar a una mayor cuantía de la beca.

Angelina Costa acusó a Wert de "repetir falacias para ver si se disfrazan de medias verdades". La diputada socialista afirmó que el pasado curso 20.000 alumnos ya se quedaron sin beca y que el nuevo sistema hará que otros 80.000 becados la pierdan este año. Exigió al ministro que retire el decreto porque "atenta contra la igualdad de oportunidades" y le advirtió de que si no lo hace el PSOE lo recurrirá ante el Tribunal Supremo.

"Al menos no se rían de nosotros ni de las familias que menos tienen, porque son las que más necesitan una educación de equidad y pagan impuestos, lo que no hacen las grandes fortunas", le pidió Caridad García, portavoz de Izquierda Plural. Y la diputada del BNG Rosana Pérez le recriminó que las nuevas becas incluyan el pago de la matrícula también en las universidades privadas, ya que los alumnos que acuden a ellas "es porque pueden pagársela". H