El Papa Benedicto XVI expresa su preocupación por Oriente Medio, "donde el horizonte parece oscurecerse para israelíes y palestinos"; por Zimbabue, la región congolesa de Kivu, la sudanesa de Darfur, Somalia y por todos los lugares donde el terrorismo "sigue golpeando".

El Pontífice realiza estas manifestaciones durante el tradicional Mensaje de Navidad, pronunciado desde el balcón central de la basílica de San Pedro del Vaticano, ante decenas de miles de personas que abarrotaban la plaza en una mañana fría y gris. "Que la luz divina de Belén se difunda en Tierra Santa, donde el horizonte parece volverse a oscurecer para israelíes y palestinos, que también se propague en el Líbano y en Irak y en todo Oriente Medio", manifiesta el Obispo de Roma.

El Papa Ratzinger aboga para que la Luz de Belén "haga fructificar los esfuerzos de quienes no se resignan a la lógica perversa del enfrentamiento y la violencia, y prefieren en cambio la vía del diálogo y la negociación para resolver las tensiones internas de cada País y encontrar soluciones".

En un mensaje de esperanza, Benedicto XVI también recuerda a los habitantes de Zimbabue, atrapados durante demasiado tiempo por la tenaza de una crisis política y social, que desgraciadamente sigue agravándose, así como los habitantes de la "atormentada" región de Kivu (Congo), de Darfur (Sudán) y de Somalia, "cuyas interminables tribulaciones son una trágica consecuencia de la falta de estabilidad y de paz".

El Papa agrega que la Luz de Belén también la esperan los niños de todos los países en dificultad y donde se atropella la dignidad y los derechos de la persona, donde las luchas intestinas dividen grupos y etnias, y laceran la convivencia y donde el terrorismo sigue golpeando.