"Demasiado trabajo endurece el corazón". Con estas palabras, citando los escritos de un santo, se expresó ayer el Papa durante la tradicional oración del Angelus, pronunciada desde su residencia de verano, en Castelgandolfo.

Benedicto XVI aseguró a los peregrinos que le escuchaban que demasiado trabajo puede ser malo. Y para ello recurrió a un texto escrito por San Bernardo de Chiaravalle en el siglo XII, en el que se recomienda evitar "el peligro de una excesiva actividad", ante el riesgo de "sufrimiento del espíritu, encogimiento de la inteligencia y dispersión de la gracia". "Esta advertencia es válida para cualquier trabajo, incluso los inherentes al gobierno de la Iglesia", añadió Ratzinger