Realizar el Camino de Santiago en bicicleta, concretamente los más de 730 kilómetros que suponen la ruta oficial entre Roncesvalles y Santiago de Compostela, han sido este año las vacaciones de dos jóvenes primos cacereños. Pese al cansancio que reconocen les ha supuesto acometer este "reto personal", Javier Montero, de 17 años, y Manuel Martí, de 21, aseguran que volverían a vivir esta aventura.

En breve Javier dejará Cáceres para iniciar en Salamanca sus estudios de Comunicación Audiovisual y Manuel, ya diplomado en Estadística, se marchará a Madrid para continuar su formación. Esto les impedirá seguir practicando juntos su afición. Ya no podrán salir cada fin de semana en sus bicicletas. Fue este uno de los motivos que les hizo pensar en poner a prueba su preparación afrontado este reto que hoy ya pueden decir con orgullo que han superado.

Lo iniciaron a las dos de la madrugada del pasado día 12 sobre cuatro ruedas, las del autobús que, junto con sus bicicletas embaladas, les trasladó hasta Madrid. De la capital, de nuevo en autobús, hasta Pamplona y, de aquí, a Roncesvalles, verdadero inicio de su personal ruta cicloperegrina que les llevaría nueve días y millones de pedaladas concluir con éxito.

En el camino, "inolvidables experiencias", alguna que otra anécdota, numerosos amigos, de muy diferentes puntos de España, "aunque es curioso, pero no hemos coincidido con ningún peregrino, ni a pie ni en bicicleta, de Extremadura"... Un sinfín de vivencias que, según sus propias palabras, les han aportado, sobre todo, madurez. "Además de haber conocido a mucha gente y muchos lugares, esta experiencia nos ha servido para estar más sueltos. En general, nos ha dado desenvoltura, ya que el estar solos nos ha obligado a tener que resolver todos los contratiempos por nosotros mismos". Javier añade que, al menos a él, también le ha ayudado a saber esforzarse por las cosas. "Ha sido tanto el esfuerzo que hemos tenido que hacer que ahora valoramos más cualquier cosa".

También reconocen que al iniciar este peculiar viaje, afrontado desde esa perspectiva que les da su corta edad, buscaban también diversión, pero al final, admiten, "diversión no ha habido mucha, pues hacer tantos kilómetros en bicicleta, y además en días consecutivos, sin posibilidad de parar, ha sido realmente cansado, pero sí que nos lo hemos pasado muy bien y ha sido positivo".

Cien kilómetros andando o 200 en bicicleta es lo mínimo que un peregrino ha de hacer para conseguir el documento que acredita haber realizado el Camino de Santiago. Javier y Manuel ya lo han conseguido, y tras este reto, ya superado, no dudan en afirmar que afrontarán algún otro, aunque eso sí, "cuando hayamos descansado, pues ha sido fantástico, pero...".