TQtué mal rollo que Pinochet se haya muerto en Navidad. Lo digo porque lo que ocurre en Navidad suele ser mentira. Así que lo mismo dentro de unos años escuchamos a alguien decir que ha visto al dictador paseando por las calles de Santiago, que es lo que suelen contar de Elvis o Lennon , otro que falleció en diciembre. Y es que la Navidad, que como dice Pilar Galán cada año es más larga, está basada en mentiras cada año más grandes y que tienen su germen en la religión o en la Coca-Cola.

Ejemplos hay muchos. El nacimiento de Jesús no fue en el año 1, sino siete años antes. Y lo hizo en Cafarnaún o Nazaret y no en Belén. En cuanto a la fecha, fue el papa Liberio (en el 354) el que decidió que sería el 25 de diciembre para tapar una fiesta pagana. Los Reyes Magos eran persas, un pueblo que en el siglo III tenía mala fama, así que se pensó que era mejor contar que venían de Oriente. Fue en el siglo IV cuando también se fijó en tres el número de expedicionarios magos, que en un principio se barajaban entre 2 y 60. Lo mejor: Baltasar fue blanco hasta el siglo XVI, cuando la Iglesia decidió que debía ser negro por necesidades estratégicas. En cuanto a la Coca-Cola, es la inventora de la imagen actual de Santa Claus . La compañía encargó en 1931 a un pintor que remodelara al personaje para hacerlo más humano y atractivo. Y más comercial.

Por eso no me fío de las cosas que pasan en Navidad y me hubiera gustado que en el funeral de Pinochet, en vez de levantar tantas manos, alguien las hubiera usado para pellizcarle y ver si realmente estaba muerto. Eso sí, hay que reconocer que la Navidad es una farsa bonita y bien montada, que es a lo que debe aspirar toda gran mentira.