Eliav Barr estaba ayer "haciendo correr el champán" y no le faltaban motivos. El es el científico de Merck que ha liderado las pruebas clínicas de Gardasil, una vacuna experimental que, tras un estudio de dos años con 12.167 mujeres de 13 países, se ha demostrado 100% efectiva en la prevención del contagio de dos tipos de papiloma. Estos virus que se contagian por transmisión sexual son responsables de la mayoría de casos de cáncer en el cuello del útero, el tercero más extendido entre mujeres del mundo tras el de pulmón y el de mama y el más letal en los países pobres. Cada año hay 500.000 casos y 290.000 muertes.

Merck presentó ayer los resultados del estudio en una reunión de la Sociedad de Enfermedades Contagiosas de América en San Francisco y ha anunciado su intención de buscar la aprobación de la Agencia Federal del Medicamento de EEUU antes de que acabe el año. Si recibe la luz verde, la vacuna podría empezar a comercializarse en el 2006.

El estudio se hizo entre el 2002 y el 2004 y en él participaron mujeres de entre 13 y 26 años. La mitad recibieron tres dosis de la vacuna, y la otra mitad, placebo. Ninguna de las vacunadas presentó células cancerosas o cáncer en el cérvix mientras que se detectaron 21 casos en las que recibieron placebo.