Qué aprenden los alumnos de las escuelas de bellas artes? Una exposición como la que se exhibe en la sala El Brocense, con obras realizadas por los de Plasencia (Rodrigo Alemán) y Cáceres (Eulogio Blasco) diría que lo mismo, salvado el tiempo, que en el siglo XIX: imitan el cuerpo y el espíritu de su época: el que se ha acumulado a partir de las vanguardias de los años veinte: ruptura con la figuración y con la forma humana, invasión de lo abstracto: nuevos medios, nuevas técnicas, nuevas posibilidades.

La exposición de la sala cacereña, abierta durante el mes de junio, la compone una selección de los mejores trabajos realizados por los alumnos de ambos centros y que recorren diversas técnicas de diversos géneros artísticos.

PAISAJITOS

Nada que ver con los paisajitos que aún proliferan de la mano de pintores bienaventurados. Sean o no mejores estas obras que los paisajitos, lo que dicen es que responden a su momento (al momento de las escuelas de bellas artes): es decir que el aprendizaje también se hace (además de con paisajitos y figuritas) con las deformaciones de la figura, el juego de los colores, las formas descoyuntadas o geométricas.

Pintura, escultura, cerámica, dibujo, grabado y diseño gráfico: las cuatro primeras en Plasencia y todas en Cáceres, son las disciplinas que se imparten en los dos centros. Los nombres tal vez no le digan nada (María José Torres Herrero, Ramón Sánchez Sánchez, Tenty Paniagua, Beatriz Castela, Celia Cantonero Domínguez...) y no hay adivinación capaz, en este caso, de trazar una carrera fulgurante: sólo se exponen a la opinión y a sí mismos.