Una cálida cena, unas paseo romántico, un viaje inesperado... muchos planes pueden servir para proponer matrimonio. Pero un ingeniero de Google ha decidido prescindir de tópicos y poner a prueba los servicios de Google Maps, pidiendo en matrimonio a su novia con el móvil en mano.

Un desarrollador de Google, Ari Gilder, decidió utilizar sus habilidades como programador para crear un juego en el que su novia, Faigy, era la protagonista. Para ello, creó un mapa especial con un destino denominado La gran pregunta. En su camino por Nueva York, Faigy debía visitar lugares alrededor de la ciudad que evocaban momentos románticos vividos por la pareja.

Gilder coordinó con un compañero de trabajo de Faigy un plan mediante el que debía darle a la chica un Nexus One integrado con cámara y una versión especial de Google Maps. El teléfono poseía una aplicación personalizada que él mismo había desarrollado junto con dos de sus compañeros en Google. La aplicación permitía a Faigy chequear en cada lugar, pidiéndole una contraseña para poder averiguar la siguiente ubicación. Sus seis amigos debían hacer una pregunta a Faigy, ligada a los recuerdos de ese lugar en particular.

Cada respuesta servía de contraseña y de puerta al siguiente reto. "Mi plan era construir un mapa de la ruta y llevar a mi novia de un destino a otro, todo ello con el elemento sorpresa", explica Gilder. "Google Maps me dio las herramientas que necesitaba para hacer funcionar la magia". El ingeniero planeó la ruta desde una tienda de alimentos de la cadena Trader Joe's hasta la panadería Magnolia, donde tuvo lugar su primera cita de la pareja.

El mapa también la llevó a un restaurante Hudson y a la sala de conciertos Carneggie Hall, donde su novia le sorprendió con unas entradas para un concierto de Beethoven. Siete paradas en total hasta llegar a un faro en la isla de Roosevelt, donde se vieron en su segunda cita. Pregunta final Cada vez que Faigy llegaba a uno de estos destinos, un amigo de su novio la estaba esperando.

El deber de cada uno de ellos era entregarle una rosa a la chica y asegurarse de que hacía check-in en la parada. "Mientras tanto, yo esperaba ansiosamente su llegada a la isla", explica el romántico geek. Cuando llegó al final del recorrido, este séptimo y último lugar también guardaba una pregunta: la que únicamente podía hacerle su novio.

"Dejaré que adivines cuál fue la respuesta", comenta el enamorado para dejar entrever el "sí quiero" en un blog de Google, dirigiéndose a los lectores de esta romántica historia. ¿O es que acaso alguien podría haberse resistido?