De norte a sur. A este y oeste. Segovia, Cádiz, Alicante, Ciudad Real. Destinos diseminados por toda España y la misma sensación de dolor. Desde ayer, las ciudades de partida de las 78 víctimas mortales del siniestro ferroviario las volvieron a acoger, esta vez, para un último adiós.

En la localidad gaditana de San Fernando se sucedieron los funerales y entierros de los cinco fallecidos en el siniestro: Antonio Reyes; su esposa, Rosa Quijano; Ignacio Bustamante, y la pareja formada por Esperanza Márquez y Francisco García. En iglesias separadas y a horas distintas, por deseo de sus respectivas familias. Viajaban en grupo cada año y este decidieron acudir a las fiestas de Santiago.

Vecinos, excompañeros de profesión y antiguos alumnos arroparon a la familia de Consuelo Iglesias, profesora jubilada que recibió una emotiva despedida en el municipio alicantino de Rojales.

En Valdepeñas (Ciudad Real), los numerosos asistentes al funeral de Marta Jiménez Cámara, una estudiante de Bellas Artes de 29 años, coincidían en destacar "su alegría, ganas de vivir y su espíritu libre".

Cientos de personas abarrotaron la iglesia segoviana del Cristo del Mercado para despedir a Francisco Javier García, veterinario de 27 años que se dejó la vida en la fatídica curva. Sus sobrinos le dedicaron su particular homenaje colocando 18 animales de peluche sobre su féretro.