"He venido a rehabilitación porque me la mandaron para los pies; me han dado un pinchazo lumbar, tengo la pierna doblada y me han dicho que viniera pero no me dan recuperación. Me dijeron que fuera a dos especialistas y a hacer una resonancia; que me mandan rehabilitación, pero aquí dicen que no tengo nada, que es muscular. ¿Por qué me llaman y no envían una ambulancia si se la mandan a gente que está mejor que yo?". Así explicó su problema Manuel Murillo, de 43 años, que vive solo en el Manantío, a 18 kilómetros de Badajoz, y que inició una protesta a las puertas de la ´L´ del Perpetuo Socorro para que le aclaren su situación y cuando tenga que volver lo haga en ambulancia.

Manuel Murillo es zahorí, "aunque ahora no trabajo porque tengo lo de las piernas; pero en verano sí, y no fallo nunca. Si no hay agua, lo pago yo". Así de contundente se muestra al explicar su trabajo, que ahora no ejerce porque tiene una discapacidad del 56%.

Afirma que no tiene quien le lleve al hospital: "estoy solo"1, y tiene que ir en un carro tirado por un burro, en el que ayer acudió a la consulta de rehabilitación en una viaje que duró de 6.30 a 9.30 de la mañana, y en el que pasó "miedo, porque la niebla estaba muy espesa y te puede matar un coche".

Inicialmente estaba dispuesto a ponerse en huelga de hambre; "yo y el burro" --dijo--, que con un carro de dos ruedas --con cinturón de seguridad, una ´L´ de prácticas y un triángulo rojo de indicación de peligro-- mantuvo atado a una columna del porche del edificio, junto a las ambulancias, hasta que la dirección del hospital le pidió que lo cambiara de lugar, porque lo recibiría "para escuchar su problema y darle solución, si la tiene", según manifestó un portavoz y confirmó después el SES.

Murillo explicó que "he venido a hacerme la rehabilitación, porque me han llamado, ¿por qué me llaman si luego me dicen que no?. Me han dado un papel escrito para el médico de cabecera, que me manda a los especialistas, que me devuelven al de cabecera, que no se explica lo que están haciendo conmigo. Eso dice".

Y añade, envuelto en su malestar y sus numerosas enfermedades: "Yo tenía un pie doblado y ahora me han estropeado el otro aquí; me dicen que me avisarán para la rehabilitación, pero no me cogen los datos para la ambulancia".Trabajadores de seguridad salieron a pedirle a Manuel que cambiara el carro de lugar, a lo que inicialmente se negó, si bien cedió cuando le dijeron que le recibiría el director; entonces lo llevó a una zona de tierra. Fuentes del centro afirmaron que el paciente ha protagonizado numerosas situaciones violentas, que le han tenido que echar de 27 consultas y que nunca ha presentado queja formal por lo de la ambulancia.